La votación viene a ser la prueba reina de la democracia, porque es cuando el pueblo acude a las urnas para elegir el modelo de gobierno que quiere, como a sus gobernantes.
Los partidos políticos son el conducto para que la sociedad se exprese con su sufragio, exponiéndoles en los tiempos de campaña su oferta política en materia económica, educativa, de salud, seguridad, deportiva, etc., así como a las personas para ejecutarlas de triunfar en el proceso electoral.
Hombres y mujeres con derecho a voto seleccionarán al partido político que se ajuste a su visión de nación, y le darán su apoyo para que triunfe, o se lo negarán para que pierda. Esa es la democracia, y las autoridades electorales deberán ajustarse a esas reglas, las reglas del pueblo que es el que premia o el que castiga a los partidos políticos, por lo cual son dichas autoridades las encargadas de cumplirle a ese pueblo su veredicto, ajustarse a la instrucción que dio a través de su sufragio, contado a lo largo y ancho del país frente a centenas de miles de testigos que dieron fe de la voluntad popular.
Sera un círculo virtuoso si así sucede, si la autoridad electoral cumple con el mandato que recibió el día de la votación, y da lo justo a cada partido político, ni más ni menos; lo legal, ni más ni menos; lo que moralmente recibieron en cada casilla electoral ni más, ni menos; y más, en los sistemas de reparto de curules de manera plurinominal-proporcional.
Escribo esto luego de enterarme que en la Ciudad de México sus autoridades electorales no entendieron el mandato del pueblo, y actuando con premeditación, alevosía, ventaja e inmoralidad, torcieron la instrucción de los votantes y le dan a Morena lo que no ganaron en las urnas, y a Movimiento Ciudadano menos de lo que recibieron del pueblo. Más diputados para un partido político y menos para el otro, ejecutando así un acto ilegal, tramposo, ruin, perverso.
Lo mismo quieren hacer a nivel nacional tanto el INE como los magistrados del Tribunal Electoral Federal, para congraciarse con el presidente de la República que les exige regalarle a su partido Morena, tantas diputaciones como sean necesarias para que tengan mayoría calificada en la Cámara baja, así como restarle a Movimiento Ciudadano senadores que el pueblo de México les otorgó con su votación.
El pueblo de México le dio el 2 de junio, el día de la votación, a Morena y sus partidos morralla, de manera legal, sin trampa, 313 diputados con su 62%, mientras que los pillos del INE le darán el 23 de agosto, con trampa, de manera ilegal y no acatando el mandato popular, 373 legisladores para que alcance la mayoría calificada, mientras que en la Cámara de Senadores, de manera alevosa, autoritaria e impopular (porque viola, insisto, la decisión del pueblo de México), a Movimiento Ciudadano que obtuvo el 11% de la votación nacional le reconocen solo 5 senadores; al PRI, con el mismo 11% le dan 16 senadores; al Partido Verde con 9% de la votación nacional le dan 11 senadores, y al Partido del Trabajo que solo sacó el 5% de la votación nacional le dan 9 senadores.
¡Mayor incongruencia e ilegalidad, imposible! Ahora el INE beneficia con más senadores a los partidos políticos que sacan centenas de miles de votos menos, que aquel que recibió la aprobación del pueblo de México y lo premió con 6.5 millones de votos, como a MC.
Movimiento Ciudadano exige lo justo: ni más, ni menos. Lo legal: ni más, ni menos. Lo que con su voto decidió el pueblo de México: ni más, ni menos.
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