/ viernes 20 de septiembre de 2024

Financieras clon; un caso para la araña

Pues si bien no es un nuevo negocio de defraudación, lo cierto es que es un caso no resuelto el de las financieras que son clonadas, al imitar su nombre, colores institucionales y logotipos, para suplantar a las verdaderas.

¿De qué se trata el asunto de las financieras clon? Se trata de empresas fantasma que suplantan o se hacen pasar por financieras registradas en el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (Sipres); y que sin su autorización usan su nombre e imagen, con algunos pequeños cambios, para causar confusión en quienes buscan obtener créditos o financiamientos.

Tan solo al mes de julio de 2023, con datos de la Condusef sumaron un total de 123 instituciones afectadas por el uso indebido de su nombre comercial e imagen que incluye logotipo, incluso de sus datos fiscales o administrativos.

Datos que seguramente fueron bajados de internet por los defraudadores, y quizá de ese mismo sistema público de registro de prestadores, para ser usados indebidamente.

Pero en realidad, ¿quiénes son los verdaderos defraudados con este modo de operar? Evidentemente los clientes, pues se acercan a estas “empresas” o personas, bajo el engaño o la apariencia de que se trata de una financiera registrada, legal, ‘derecha’ que tiene todas las autorizaciones legales, para operar en el mercado de los préstamos.

Enseguida, les pedirán sus datos personales, sus datos de cuentas bancarias si es que las tienen y desde luego, les pedirán anticipos para poder darles los créditos.

En los últimos casos registrados en Xalapa, tenemos el de un matrimonio al que incluso le hicieron cargos en sus tarjetas de créditos, pues tomaron sus datos bancarios para “garantizar” la llegada o autorización del préstamo.

No sin antes pedirles un enganche de siete mil pesos, como parte del trámite del crédito. Horas después de haberse retirado del lugar, se percataron de cargos en sus tarjetas de más de trece mil pesos, aparte de los siete mil que les pedían depositar.

¿Y qué, cómo fue?, pues señalan las víctimas que después de navegar por internet en busca de un préstamo, recibieron el contacto de una financiera clon (sin que hasta ese momento lo supieran) para ofrecerles hacer una cita y revisar sus datos, previo a otorgarles un crédito.

La cita se daría en una plaza comercial de conocida zona residencial en esta ciudad, oficinas de lujo, en las que no cabía la menor duda, estaban legalmente establecidas, con logotipos y la imagen de la financiera real.

Las dudas que pudieron haber tenido antes de acceder a la cita se terminaron, cuando el joven matrimonio ingresó al portal de la Condusef y al revisar el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros supieron (confirmaron) que se trataba de una empresa de préstamos autorizada por la autoridad.

Y no fue sino después de ocurrido el fraude que detuvieron su vista para advertir que eran dos letras las que hacían la diferencia entre el nombre real de la financiera con la suplantación que hicieron los ladrones. Salvo ello, todo lo demás coincidía.

Fue la insistencia posterior que tuvieron a su WhatsApp con la cobranza de los siete mil pesos, y ni luces de la fecha de cuando les darían el préstamo lo que les hizo encender la chispa de la desconfianza, después de eso, el robo de los más de trece mil pesos.

¿Cuál es el papel de las autoridades para atender este tipo de casos? ¿Lo es acaso, solo llevar la cuenta y registrar los nombres de las financieras que son clonadas y usadas para defraudar? ¿Advertir a la población de, que por favor, pongan atención a lo que hacen y que la urgencia de un préstamo no les nuble la razón para advertir cuántas letras faltan en el nombre que aparezca en el registro y el de aquella que ha entrado en contacto con el cliente? Como si se tratara de un juego de esos de “encuentre las diferencias”.

¡Desde luego que no! El papel de las autoridades es erradicar el problema para que nadie, para que ninguna persona más en situación de necesidad o urgencia caiga en este tipo de engaños.

Castigar a los que engañan, y no regañar a los engañados; ¡ese es el papel que necesitamos hagan nuestros defensores!, ¡¿cómo es posible que alguien, un día cualquiera pueda poner su “changarro de fraudes” a la luz del día sin que nadie haga nada?!

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@terecarbajal

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