Buen día, apreciado lector. Caray, entre más pasan los años, ya setenta para este reportero, con gobiernos de todos colores y sabores, más se complica la convivencia social.
Más se valida la frase aquella que –decía mi padre- se comentaba en la calle: “en tiempos de las bárbaras naciones, colgaban de la cruz a los ladrones. Hoy, que estamos en el siglo de las luces, del pecho del ladrón cuelgan las cruces”. Contundente, por donde se vea. ¿verdad?
Cuando llevábamos clases de civismo, desde la primaria siempre se nos educó en el respeto a los valores; se nos enseñó que nuestra patria es un país de leyes que se debían respetar, de lo contrario había autoridades que nos obligarían a respetarlas.
Y de repente, niños, jóvenes, todo el país, vemos y escuchamos decir a la primera autoridad, por la televisión o los aparatos celulares: “a mi, no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, dicho por el propio jefe de la nación en turno. ¡Háganme el refabrón cabor!, se exclamaría entonces.
Y ya son –somos- un número creciente de mexicanos, de veracruzanos que están –que estamos- padeciendo por diversos pero graves motivos esa irresponsable actitud.
¿Qué pasa si no se respetan las leyes?, leemos en la red de redes: “Cuando no se respetan las leyes el Estado de Derecho pierde vigor, por lo que surge la anarquía, el vandalismo y demás actos que atentan contra la integridad del individuo. Es importante que las leyes y lo que estas tipifiquen se cumpla a carta cabal para el correcto funcionamiento de la sociedad”.
Hay un especialista de apellido Michel, que no hace mucho publicó en el portal Misión Política que “el desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento. Y si bien proviene del artículo 21 del Código Civil Federal la lógica implicaría que rige para todos los ámbitos del derecho”.
Recuerda asimismo que “el segundo párrafo del artículo 110 constitucional que a la letra dice: Los Ejecutivos de las entidades federativas, diputados locales, magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia locales, en su caso, los miembros de los Consejos de las Judicaturas locales, así como los miembros de los organismos a los que las Constituciones locales les otorgue autonomía, sólo podrán ser sujetos de juicio político en los términos de este título por violaciones graves a esta Constitución y a las leyes federales que de ella emanen, así como por el manejo indebido de fondos y recursos federales, pero en este caso la resolución será únicamente declarativa y se comunicará a las Legislaturas locales para que, en ejercicio de sus atribuciones,v procedan como corresponda”. Más claro, ni el agua, dice Felipe Mendiola.
Ah, y ya hasta los curas se alarman luego de los asesinatos de Chihuahua y exigen diálogo nacional. “La situación es grave”, advierte el líder de los obispos mexicanos. Solo es cosa de honestidad y rectitud.
Tenga paz y armonía cuando menos en su hogar. Cuide y cuídese del agua y de las grúas asaltaciudadanos.
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