Estamos a días de que el Instituto Nacional Electoral (INE) anuncie la composición final de las cámaras de Senadores y Diputados, todo antes de dar inicio a los nuevos trabajos legislativos que iniciarán el próximo 1 de septiembre donde esté en funciones la LXVI Legislatura.
Y así llegaremos al último mes de mandato del actual presidente, y fieles a sus costumbres, Morena y sus aliados anhelan el “carro completo” en ambas cámaras, sobre todo en diputados, para así allanar el camino de la próxima presidenta de la República y aprobar todo lo que se les ordene.
Lo que el gobierno en turno desea es consumar la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, Morena quiere efectuar que, para que se tenga un diputado del Partido Verde se requieran 66 mil votos y para que haya un diputado del PAN 147 mil votos, es decir, que un voto para los aliados tiene más del doble de su valor, que un voto para la oposición.
Y esto es muy grave, por eso es necesario frenar esa “sobrerrepresentación” de que Morena y aliados tengan una mayoría en el Congreso y así tener la venia que les permitiría sacar con toda facilidad cualquier reforma, sobre todo aquellas que pueden ser dañinas para el país.
Por eso el llamado de barras de abogados, especialistas, exmagistrados, consejeros y exconsejeros electorales de revisar las normas constitucionales para que el órgano parlamentario en el que se refleja la representación nacional sea la casa de la pluralidad política, y así respetar y hacer valer los votos que cada una de las fuerzas políticas logró.
Ya que en caso de darse una sobrerrepresentación, ocasionaría graves cambios a la Constitución sin consultar a la oposición, haciendo su voluntad de tener una mayoría calificada que no ganaron en las urnas.
Por eso la oposición se sigue manteniendo firme en la defensa de la legalidad y la división de poderes, porque es necesario un equilibrio y, sobre todo, mantener una pluralidad democrática que el país y los ciudadanos merecemos.
Seguimos en contra de una sobrerrepresentación tramposa, porque de llevarse a cabo sería el final de nuestras instituciones democráticas y el inicio de un plan perverso para llevarnos al autoritarismo llamado “plan C”, que ha buscado a como dé lugar la desaparición de la Corte.
Es por ello el alarmante llamado a las autoridades electorales para evitar la "sobrerrepresentación" del partido en el poder y sus satélites en el Congreso para que no se asignen más escaños de los que el partido en el poder y aliados no se ganaron en las urnas.
*Senador por Veracruz. PAN