Durante el actual sexenio, la SEP se convirtió en pasarela de secretarios de Educación, y en consecuencia el Sistema Educativo Mexicano (SEM) se ha visto afectado. “El horizonte de la educación en México no es optimista, ya que un gobierno que no cuida la calidad de la educación de su población más vulnerable está socavando las bases del bienestar y de la justicia social, así como perpetuando la desigualdad y la ignorancia; en otras palabras, está condenando el futuro del país”, expresa Eduardo Backhoff.
Los retos por atender no son nada sencillos. El sistema educativo de México es el séptimo más grande del mundo: en educación básica (inicial, preescolar, primaria y secundaria) tiene 23 millones 877 mil 880 alumnos; un millón 212 mil 318 docentes y 224 mil 514 escuelas.
Desde Esteban Moctezuma hasta la actual secretaria, la educación no ha tenido un rumbo claro. La Nueva Escuela Mexicana (NEM) que dio inicio durante el periodo 2021-2022, cuyo modelo se basa en los principios de: Impulso de la identidad de México; Responsabilidad ciudadana; Honestidad como comportamiento esencial para el cumplimiento de la responsabilidad social; Colaboración en la transformación de la sociedad; Respeto de la dignidad humana.
Promoción de la interculturalidad; Promoción de una cultura del bienestar y asimismo el Respeto por la naturaleza y el cuidado ambiental, “ha sacudido al sistema y creado un enorme desconcierto entre los docentes. Se trata de una reforma sofisticada cuya operación es compleja, por tanto, su aplicación debió sustentarse en un vigoroso programa de capacitación de los docentes, cosa que no se hizo y se intentó suplantar ese programa con comunicaciones periódicas de los directivos de la SEP y con los Consejos Técnicos Escolares (CTE) que han sido un fracaso”.
Recientemente se dio a conocer “Al borde del abismo: actualidad y perspectiva de la educación básica”, coordinado por Gilberto Guevara Niebla y José Navarro Cendejas; texto compuesto por 19 capítulos que abordan una diversidad de temas sobre el Sistema Educativo Mexicano (SEM), Gilberto Guevara Niebla es maestro en Ciencias y realizó estudios de doctorado en Educación. Se ha desempeñado como profesor, escritor, periodista y funcionario público. Fue subsecretario de Educación Básica en la Secretaría de Educación Pública. José Navarro Cendejas es doctor en Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor e investigador por la Universidad de Guadalajara.
El libro da cuenta de los pendientes que hay en el SEM actualmente: Los problemas estructurales de la educación básica son múltiples: el presupuesto financiero deficiente, el desvío masivo de los recursos educativos hacia los programas de becas, la gestión centralizada y burocrática y el control corporativo del SNTE.
En la obra se señala que el descuido en la capacitación docente es el problema axial del sistema: su formación inicial y continua, su condición salarial, su prestigio social, su identidad, su autoestima, sus destrezas, su sensibilidad, etc., son aspectos cuya atención puede contribuir decisivamente a levantar el edificio educativo.
Pero no todo cambio es bueno, ahora la reconversión populista y clientelar del sistema educativo ha acarreado consecuencias no deseadas: por ejemplo, plasmó en la supresión de numerosos programas como las Escuelas de tiempo completo y en la creación de otros, como La escuela es nuestra, programa en el cual se entregan directamente cantidades discretas de dinero a los padres de familia para cuidar la infraestructura, el mobiliario y el equipamiento de las escuelas.
Guevara Niebla comenta en “Crónica” que “el problema más complejo de educación básica que enfrentan actualmente los maestros en las aulas es tratar de descifrar el enigma de la Nueva Escuela Mexicana y de sacar de ese galimatías el mejor provecho para sus alumnos. El escenario es dramático: los docentes luchan día con día, arduamente, en busca del aprendizaje de sus estudiantes”.
En “Al borde del abismo” también se incluyen temas relacionados con la masificación y la crisis educativa, la dimensión de la educación básica y su evolución reciente, los resultados de las evaluaciones, la infraestructura y condiciones materiales de las escuelas, la gestión escolar y el aprendizaje, las desigualdades internas, la educación inclusiva y la violencia escolar.
En la distribución interna de los recursos existe una distorsión: la mayor cantidad de ellos se canaliza hacia programas de becas, en detrimento de la inversión en los temas sustantivos como son formación inicial y continua de docentes, materiales y equipo educativo, programas de estímulos al desempeño, etc. Los programas de becas prácticamente no tienen reglas de operación, no se vinculan operativamente a factores educativos (como podrían ser la permanencia o el desempeño del alumno) y desatienden resultados de investigación sobre el impacto de las becas, como dice el estudio de Rafael de Hoyos (“Las becas y el derecho de aprender”, en Nexos)
La lista de pendientes es larga y obligada a atender por la nueva administración educativa a partir del 1 de octubre. Además de los comentados existen otros que requieren un análisis, una reflexión profunda para dar respuesta a la educación de México. La educación básica ofrece servicios de calidad mediocre: a lo largo de los últimos 20 años: bajos resultados de aprendizaje: en las evaluaciones en Lengua y Matemáticas un alto porcentaje de los alumnos examinados en sexto de primaria y tercero de secundaria obtiene calificaciones insuficientes o mínimas.
El SEM cuenta con un aparato de formación inicial de docentes (escuelas normales) con muchas deficiencias: carece de una base legislativa flexible, es administrativamente centralizado y rígido, sufre carencias crónicas de recursos, etc. En este sexenio, el ingreso a la profesión docente se hace no por medio de concursos de oposición o evaluaciones de otro tipo, sino con “pase automático”. No hay ningún sistema para evaluar la práctica docente y diseñar los programas de actualización.
Dado que el presupuesto restante (una vez sustraído el monto de las becas) es pequeño, algunas funciones y programas se ven afectados por falta de recursos; por ejemplo, se castiga el financiamiento de las escuelas normales, la formación continua de docentes, los programas de estímulos al trabajo docente, los servicios educativos dirigidos a las poblaciones más pauperizadas, como los indígenas, la población rural más desposeída (atendida por CONAFE), la educación especial, la educación para migrantes, etc.”
En la obra se registra que “la calidad de los servicios educativos es diversa, en parte debido a factores externos y en otros casos por desigualdades de calidad de los servicios que se ofrecen. Está comprobado que el éxito escolar de los alumnos se relaciona directamente con el estatus social de su familia de origen (aunque hay excepciones notables). De tal forma que alumnos que provienen de familias pobres suelen obtener calificaciones más bajas que aquellos que pertenecen a familias de mejores ingresos”.
El fin último que se propone el libro que se ha comentado “es proveer a los maestros en activo, a los investigadores de la educación y, desde luego, a las autoridades educativas, un material útil para la comprensión y reflexión de la realidad y para informarse de las realizaciones, dificultades y problemas que enfrenta el sistema de educación básica actualmente, y en consecuencia el SEM. Esta investigación de los 19 colaboradores de “Al borde del abismo” abre las puertas para inducir la discusión pública sobre el tema educativo, estimular un debate amplio y abierto sobre un aspecto que tiene importancia crucial y estratégica para el futuro de México”.