/ jueves 31 de octubre de 2024

Repensar las tareas de cuidados en México

Cada día se reconoce la necesidad de repensar las tareas de cuidados como un derecho que debe ser materializado desde la acción del Estado a través de un conjunto de políticas públicas que pongan en el centro la eliminación de desigualdades entre mujeres y hombres y las diferentes dimensiones de los cuidados.

Hablar de cuidados, es tener presente el conjunto de actividades cotidianas necesarias para garantizar nuestra vida a fin de que idealmente ésta sea saludable. Estas actividades incluyen la preparación de alimentos, la limpieza de la casa, el lavado de la ropa, el cuidado de las hijas e hijos, así como el cuidado de las personas enfermas, adultas mayores o con alguna discapacidad que requiere el apoyo de otros. Tradicionalmente, en sociedades machistas como la mexicana, los cuidados han recaído en las mujeres -considerando el paradigma de mujer cuidadora y hombre proveedor-, invisibilizando su importancia para la vida y el desarrollo de la sociedad, y desde luego, normalizando dichas actividades como no remuneradas.

Mas aún, con la creciente incorporación de la mujer al mundo del trabajo, estas tareas se han convertido en una doble jornada laboral ya que en general continúan bajo la responsabilidad principal de las mujeres, o en el mejor de los casos, éstas se delegan a otras mujeres de la propia familia sin remuneración alguna o bien a otras mujeres que son contratadas con remuneraciones y condiciones de trabajo precarias. De conformidad con la Encuesta Nacional sobre el Uso de Tiempo (ENUT,2019) realizada por el Inegi, las mujeres usan el 67% de su tiempo total de trabajo, en actividades no remuneradas de los hogares, en tanto que los hombres solo usan el 28% y el 69% es trabajo para el mercado.

No obstante, hoy tenemos en México y en Veracruz una gran oportunidad para enfrentar este desafío al tener a la primera mujer Presidenta y a la primera mujer Gobernadora, porque, aunque algunos no lo conciban así, ser mujer da mucha más sensibilidad para resolver problemas que por siglos han afectado principalmente a las mujeres y que no han formado parte de las agendas de política pública de los gobernantes hombres.

En este contexto, es que nuestra presidenta Claudia Sheinbaum incorporó como parte de los “100 Pasos para la Transformación”, la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, en tanto que nuestra gobernadora electa Rocío Nahle se ha comprometido a establecer un programa para jefas de familia trabajadoras para el apoyo directo al cuidado de sus hijos.

Si coincidimos en que todas las personas tenemos derecho a ser cuidadas, a cuidar y al autocuidado, y que es urgente buscar alternativas desde la acción del Estado para que los cuidados pasen de un plano personal y familiar, a un ámbito público y solidario, entonces tenemos una responsabilidad de aportar alternativas para lograrlo, razón que me motiva a compartir con ustedes una iniciativa de Reforma Constitucional y a diversas leyes secundarias, que presenté el 23 de septiembre de 2023, como integrante de la LXV Legislatura, la cual atiende a la dimensión del derecho del niño o niña a ser cuidado, y al derecho de la madre trabajadora de contar con más facilidades laborales para cuidar a su hijo o hija durante las primeras semanas de vida, sin tener que preocuparse por su salario y su puesto de trabajo.

Sustento esta propuesta en la convicción de que en México debemos repensar la temporalidad de la licencia por maternidad, considerando que esta prestación tiene un enfoque de cuidados en el trabajo y que su contenido no se ha actualizado desde hace casi 50 años, haciendo caso omiso a las recomendaciones de diversos organismos internacionales.

Así, desde el 31 de diciembre de 1974, este derecho laboral establecido en el artículo 123 de nuestra Carta Magna permanece en una temporalidad de 12 semanas con pago de sueldo, distribuidas en 6 semanas previas al parto y 6 semanas posteriores a éste, sin que a la fecha se haya mirado hacia la importancia de reformarlo desde una perspectiva del derecho a cuidados. Es de hacer notar que cuando esta prestación se aplica tal y como la ley lo establece, el derecho del niño o niña a ser cuidado por su madre y el derecho de ésta a cuidar, se reduce a 42 días a partir del nacimiento, lo que en muchas ocasiones es la causa que obliga a las mujeres a renunciar a su trabajo, con la consecuente falta de independencia económica que ello ocasiona, y la evidente interrupción en su desarrollo personal y laboral.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que al menos este período debería ser de 14 semanas, con la convicción de que “la protección de la maternidad es una primera condición para el reconocimiento del valor de los cuidados y para avanzar hacia su distribución social justa. Asimismo, es central a la hora de garantizar el trabajo decente a las mujeres y para promover la igualdad en el empleo.” (OIT,2022. Convenio 183). Cabe destacar que México no se ha sumado a esta visión.

La propuesta de Reforma Constitucional que formalicé, considera que el permiso por maternidad debe ser de 18 semanas, es decir, 6 semanas adicionales a las establecidas en 1974, pero además, que las semanas previas al parto puedan ser de 1 a 4 semanas en acuerdo entre la mujer embarazada y el médico, de tal suerte que en los casos en los que no haya complicación alguna del embarazo, la mayoría de las semanas de permiso con goce de sueldo se ejerzan después del parto (como ya ha quedado legislado en la Ley del Seguro Social), y con ello, favorecer también el tiempo de lactancia exclusiva para la niña o niño con la consecuente repercusión positiva en su salud física y mental.

La iniciativa además de reformar el Art. 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Apartado A numeral V y Apartado B numeral XI inciso C, también propone reformar el Artículo 170 numeral II de la Ley Federal del Trabajo, el Artículo 28 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y el artículo 102 Bis de la Ley del Seguro Social, a efecto de armonizar sus contenidos al texto constitucional propuesto.

Países de América Latina como Paraguay, Colombia, Cuba y Chile se han sumado a la recomendación de incrementar la temporalidad de este permiso por maternidad a 18 semanas, Costa Rica a 17 semanas, en tanto que, en El Salvador, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Perú, Belice y Panamá, oscila entre 16 y 14 semanas.

Es tiempo de que México, se sume a los esfuerzos que ya se hacen en otros países de nuestra América Latina, para mejorar el tiempo de cuidados por maternidad; y es tiempo también, de incrementar el período de cuidados de tan solo cinco días otorgado a los trabajadores hombres en el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo por nacimiento de su hijo o hija, si queremos realmente avanzar hacia la participación equitativa de los hombres en estas tareas.

Segura estoy que el diseño de un sistema integral de cuidados que Gobierno y ciudadanía logremos construir durante este sexenio, con el liderazgo y convicción de nuestra Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, hará el antes y el después en materia de igualdad entre mujeres y hombre en nuestro país. Aumentar la temporalidad del permiso por maternidad en el corto plazo, es solo un granito de arena a ese gran propósito.