Celebro que Norma Rocío Nahle García esté reivindicando el papel de los técnicos y profesionales en la gobernanza. Ella misma es una mujer con una educación de primera y conocida por tomar decisiones con base en evidencia empírica. La capacidad ha sustituido a la demagogia.
Nadie mejor que Ricardo Ahued Bardahuil en la Secretaría de Gobierno, conoce perfectamente el estado, tanto él como Nahle demuestran ser políticos profesionales dispuestos a trabajar juntos por el bien de Veracruz. Buena su designación creo, que Ricardo Ahued para negociar la seguridad, la paz y la gobernanza.
Son muchos los desafíos. Además, con capacidad política probada. Urge ante todo lo anterior, seguir luchando en defensa de sociedades fundadas en una profunda cultura de los derechos humanos, del diálogo, de la tolerancia, del compromiso con el bienestar generalizado de paz y respeto a la naturaleza. Es una batalla dura y difícil de ganar, pero no hay que rendirse en ese desempeño. Se debe luchar por establecer un Veracruz con un mayor porvenir. Es hora de construir un entramado sólido, pero eso implica unidad, un gran esfuerzo y una poderosa estrategia.
En otro orden de ideas, se acerca el cambio administrativo del sexenio y con ello los respectivos movimientos en el tablero de la administración pública que, al menos al inicio, brindará muy pocas sorpresas. En efecto, serán meses en los que se observará cómo se mantienen y se cumple con la promesa de continuidad de las viejas apuestas o, en contraste, hacer efectivo el sentido de aquella frase en la que se proclaman los "cambios generacionales", apuntando hacia lo nuevo, lo original, lo que se planteará como la diferencia con respecto al pasado. Vaya disyuntiva que tendrán que resolver quienes trazan y diseñan el perfil del siguiente gobierno.
Lo interesante será observar lo que sucederá cuando las grietas de la administración señalen a quienes hoy forman parte de la corte gubernamental. Porque, quizá, pocos han sido tan inmaculados e incorruptibles como suele presumirse y creerse. O tal vez, porque llegará el momento de enfrentarse a situaciones complejas y críticas. Así está por concluir un sexenio. Ya sabemos cuál fue el desenlace de aquella vieja historia del becerro de oro.
Ahora bien, como ya lo había mencionado, en todo ejercicio del poder que se base en un espíritu democrático y de libertad, de expresión, por ejemplo, las grietas del poder podrían ser ventanas que colocarán en la mesa nombres, decisiones y resultados que no serán parte de aquel pasado lleno de malosos y bandidos.
¿Surgirán nuevos villanos? ¿Se renovarán las conspiraciones universales? ¿Cuál será la narrativa que impere cuando se señale a más de un prócer? Se avecina nuevas historias, de eso no cabe la menor duda, lo cual, a fin de cuentas, ya agradecemos, pues entre los caricaturistas y humoristas gozarán de oportunidades para que atesoremos aquello que siempre es un antídoto contra el poder omnímodo y militarista, sí, el humor.
La asignación de diputados y senadores por el principio de representación proporcional derivados de los resultados de las elecciones del 2 de junio último, juegan un papel significativo para saber si Morena, PT y PVEM van a lograr la mayoría calificada, y si es el caso, lo harán con el contexto de la Constitución y la ley.
Sobre este tema abundan las declaraciones y entrevistas en los medios que no aclaran las cosas y ello ha dado vida a un proceso de designación creciente que lastima el derecho a saber. ¿Qué es lo que verdaderamente sucede conforme a la normatividad vigente?