Jovita y su esposo, consiguieron con mucho esfuerzo reunir una cantidad importante de dinero como para aspirar al enganche de una casita, con la idea en mente, buscaron ayuda con agentes y casas inmobiliarias para encontrar la mejor opción y no hacerlo solos, desafortunadamente el destino los llevó a la puerta equivocada.
Pues con lo caro que es comprar una casa, según sus cuentas y sin acceso a crédito hipotecario la única opción viable que les ofrecieron a Jovita (nombre propio usado para proteger su verdadera identidad) y su esposo, fue comprar una casa con “traspaso”.
Les animó que no tendrían que buscar nada más de dinero por el momento, y que entregándolo todo, los siguientes pagos los harían en mensualidades que para ellos resultaban accesibles.
Les ganó la confianza de que la casa era de entrega inmediata, es decir, que al momento de cerrar la operación y entregar su dinero, ellos recibirían un inmueble con un valor superior a lo que entregaban.
No había modo de desconfiar de alguien que, a cambio de poco, entregaría las llaves, las escrituras y la posesión de la vivienda.
Y les terminó de convencer que el asesor que contrataron, y que fungía como intermediario, les daba la seguridad de hacer todo el papeleo ante notario público, además del contrato privado de compraventa y que les otorgarían un poder a nombre del dueño de la casa.
Casi convencidos de la compra, el último empujón para dar el sí, fue que les programaron la visita a la vivienda, en efecto le hacía falta algo de mantenimiento pues el dueño les expuso que fue su falta de dinero, lo que le hacía desistir de continuar ocupando la propiedad.
A la vista era un inmueble que tenía muchas posibilidades de crecerlo, construir una segunda planta, ampliar la cochera y hasta un pequeño jardín para que los niños jugaran.
Sin más dudas y con la idea firme en mente de dejar de pagar renta y convertirse en dueños, reunieron sus documentos, identificaciones personales y los de cajón, para acudir a la cita de la notaría, en donde en efecto les entregaron las llaves y firmaron a conformidad todos los documentos presentados.
A partir de ahí, la vida les sonrió y lograron ampliar las recámaras, construyeron una segunda planta e hicieron modificaciones a la casa, lo que fue aumentando gradualmente su valor.
Así pasaron quince años, en los que aparte de los pagos de predial y desde luego de las mensualidades, se percataron que ya había transcurrido el tiempo suficiente para concluir el trámite y poderse escriturar a su nombre; como se los indicó el asesor a quien estuvieron depositando puntualmente, el importe de las mensualidades hasta concluir el plazo del crédito.
Después vino la sorpresa. Porque al momento de hacer la llamada, el gestor les dio una explicación que apenas lograban comprender, la persona que contrató para encargarse de hacer los pagos, había desaparecido desde hacía bastantes años, motivo por el cual el crédito dejó de pagarse al banco.
Pidieron una cita para aclarar lo que les estaban diciendo, sin embargo, la información no cambiaba mucho, en resumen, no se había pagado el crédito y por tal motivo el banco, vendió los derechos a una cesionaria y esta a su vez, a otra persona más.
La angustia. Rastreando los datos, se percataron que el banco dio aviso del cambio de acreedor al verdadero dueño, al que nunca encontraron, porque en efecto no había ni rastro de él; así que siguiendo métodos judiciales lograron notificarle mediante avisos públicos, pero que no iban dirigidos a Jovita y a su esposo motivo por el cual, nunca pudieron enterarse de que el crédito se había cedido.
La inversión. Así desde entonces a la fecha, nada les devuelve el sueño, su casa tiene dueño y no son ellos; el intermediario, con quien no perdieron la comunicación les dice que pronto se resolverá, pero tampoco les dice cómo.
Hacen cuentas y es inimaginable, como pudieron reunir e invertir tanto dinero en esa casa, que no es suya y que tampoco tiene para cuándo serlo. Y que sin duda ahora es más atractiva para un inversionista por el valor que aumentó, debido a las mejoras que ellos hicieron, en tierra ajena…
La mejor recomendación que puedo hacerte, es que no compres tu casa bajo esta modalidad, un traspaso es barato al costo, pero muy, muy alto al riesgo. Porque siempre serás un tercero, que interviene sin autorización del acreedor en el contrato original.
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@terecarbajal