Orizaba, Ver. - Ángel Martín Álvarez Rivera, es originario de Orizaba, sin embargo, sus sueños y la pasión por el arte y la cerámica lo llevaron a vivir en México, pero el mes pasado (22 de julio) se volvió a acreedor al Premio Nacional de Cerámica 2024 en la rama de escultura, conoce su historia y la de “ingobernable” la pieza ganadora.
Explica que el proceso que vivió, consistió de enviar fotos de la pieza que compite y la segunda fase es cuando hay selección y es cuando se envía la pieza física hasta Tlaquepaque, Guadalajara, “aquí califican la pieza bajo sus criterios para ser seleccionada como ganadora y la mía ganó en la rama de escultura”.
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Martín Álvarez, describe a “ingobernable”, su pieza de arcilla elaborándola en dos partes, el cuerpo y la base que le da soporte, el título de esta obra refiere a un discurso personal, “lo veo como una resistencia de muchas cosas que están sucediendo, digamos que si me pueden describir la pieza viene de la violencia que se vive en el país, y esta latente constante que resistimos”, señala.
De igual forma describe que “ingobernable”, es una forma de representación hacia aquellos artistas que han escuchado la palabra “te vas a morir de hambre”, cuando estos expresan sus sueños de entrar al mundo artístico a familiares o amigos.
¿Qué representa la pieza "Ingobernable" para Ángel Martín Álvarez Rivera?
El declarante describe a “ingobernable”, como una pieza de arcilla, que se manejó con diversas temperaturas que le dieron él color cobrizo que posee, “donde yo trabajo manejamos las sillas de alta temperatura que es mucho más grande el rango de temperatura y este tipo de cazuelas de cacerolas que venden en los mercados solía quemarse”.
La pasta denominada gress, se requiere de soportes calientes, donde un bote y madera, fue el horno para esta pieza. El color de la pieza donde van las balas, que es la base, es negra, y el cuerpo tiene un degradado de naranja y amarillo.
Cabe hacer mención que este evento es organizado por el estado de Guadalajara, en el municipio de Tlaquepaque el Premio Nacional de la Cerámica, se hace cada año participando ceramistas y artesanos. Esta fue su segunda participación.
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Sin que haya sabido cuáles fueron los rangos a calificar, afirma que los criterios no les son informados, puesto que al mandar la pieza, el ganador se hizo de conocimiento a Martín Álvarez de que ganó este premio el pasado 19 de julio del presente año.
Fueron entre 50 a 100 piezas las que entraron a la categoría donde él ganó el premio nacional de cerámica, lo que representa para el orizabeño de nacimiento, un triunfo, puesto que dejó la ciudad para seguir sus anhelos. Él se fue en el 2013 a la ciudad de México a estudiar cerámica.
El también docente de una escuela de arte en la ciudad de México, se siente honrado de lo que hizo, pues desde joven, incursión en diversas ramas del arte como: pintura y dibujo.
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“Recuerdo que mi mamá me daba cosas para dibujar desde que era cosas de cómics y libros, entonces mis papás siempre vieron en mí esa necesidad de querer dibujar y hacer cosas de arte, donde me prepare en el IRBAO”, comenta.
Siendo un concepto de arte distinto en la zona que al de la ciudad de México, una de sus compañeras de la escuela le regaló una bola de barro y fue ahí donde su esquema de trabajo en 2D, fue para él un gusto de querer hacer más. Fue ahí donde vio materializo el arte que buscó y logró.
Finalmente, dijo que ahora es el docente que lo hubiera gustado tener y aunque no fueron malos los que le enseñaron, pero la motivación que él da, es un plus que da a la enseñanza, a nivel profesional lo que sigue es seguir en las clases y en un corto o me lanzo Me gustaría ver la posibilidad de meter algo de cerámica a nivel formal en la región de Orizaba”.
