Aprenden mujeres indígenas arte textil desde pequeñas

Los tintes que se utilizan son naturales, del campo, vienen de las plantas

Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

  · domingo 18 de junio de 2023

Tardan hasta tres meses en crear un jorongo o reboso, porque son grandes y porque hay que hilarlos poco a poco / Foto ilustrativa: Cortesía | Cuartoscuro

Orizaba, Ver.- Desde niña, Modesta Avelina Guadalupe, indígena de Soledad Atzompa aprendió el arte textil observando cómo su mamá tejía cobijas para su familia. Hoy elabora artesanías de lana en telar de cintura que vende en la comunidad y exposiciones que se realizan en los diferentes estados de la República Mexicana.

En entrevista expresa que las mujeres de la localidad, enclavada en la sierra fría de Zongolica, sí se interesan por aprender el arte textil, porque las prendas que crean les reditúan ganancias.

Comenta: “hacemos rebosos, jorongos, gorros y guantes, entre otras vestimentas”; algunas tardan meses en elaborarse.

Reconoce que actualmente, los hombres apoyan a las esposas que se dedican al arte textil que viene de las raíces, porque los tintes que se utilizan son naturales, del campo, vienen de las plantas.

“Con la venta de las artesanías colaboramos en el hogar, para que la familia viva bien y los hijos estudien”, agrega.

Destaca que tardan hasta tres meses en crear un jorongo o reboso, porque son grandes y porque hay que hilarlos poco a poco, con paciencia.

¿Cuáles son los precios que manejan?

El jorongo lo ofrecen en 2 mil pesos y el reboso, igual; si tiene tintes, como son naturales se eleva el costo mil 200, agrega.

Recuerda que viaja a las exposiciones artesanales en Xalapa y la Ciudad de México, donde la gente no regatea y compra las artesanías al precio en que las ofrecen.

En esas plazas sí valoran el trabajo de las mujeres, “mis respetos para los que adquieren las prendas de lana”, abunda.

Los tintes que se utilizan son naturales y vienen del campo / Foto ilustrativa: Cortesía | Cuartoscuro

En tiempo de calor hay pocas ventas, pero en invierno repuntan, porque hace frío y la gente quiere un jorongo, relata.

Menciona que no siempre hilan, porque también dedican tiempo a sus hijos y a su esposo. En un rato libre empezamos a hacer la prenda chica o grande. Lo más laborioso son los tintes, porque son naturales.

Mientras la mujer hace artesanías, el hombre fabrica sillas y muebles de madera, que sale a vender a otros municipio, para el sustento de la familia, apunta.