/ sábado 3 de septiembre de 2022

Desde los 10 años Anahel comenzó a practicar Folklore; hoy baila en Festivales Internacionales

A pesar de su corta edad Anahel Ruiz Rojas sabía que la gimnasia rítmica no era lo que le llenaba y se decidió por el baile

Orizaba, Ver.- Anahel Ruiz Rojas actualmente es bailarina de folclor, pero sus inicios se dieron cuando desde niña vio como su papá ocupaba la sala y comedor como pista de baile, desde ese momento supo que ella quería seguir los pasos de baile que hoy la han llevado a grandes escenarios locales y nacionales.

Dentro del baile y soltura su cuerpo fue moldeado gracias a la gimnasia rítmica, pero a pesar de su corta edad sabía que no era lo que le llenaba, "inicialmente la curiosidad me llevó al folclor mexicano, con mi papá veíamos presentaciones de otros grupos y eso llamó mi atención y ahí decidí pedirle a mis papás me ayudarán a aprender el folclor".

Desde los 10 años empezó a practicar el arte del folclor, sus primeros pininos como bailarina fue en una academia de la ciudad de Orizaba, ahí desarrolló la técnica y habilidad que ella buscaba.

Para Anahel fue complicado aprenderlo, pero su constancia fue lo que la llevó a tener una presentación a los 11 años con los bailes de Michoacán y Yucatán; "es algo que no olvidaré, pues fue mi primera presentación ante público y desde ahí mis pasos en el escenario fueron más seguidos".

Anahel ha podido pisar escenarios como el Teatro Ignacio de la Llave y el Metropolitano de Orizaba, pero también ha tenido la oportunidad de viajar a Zacatecas en un Festival Internacional de Danza y en el Teatro Nacional de Danza de la Ciudad de México.

Cabe destacar que en sus primeros 6 años de carrera como bailarina estuvo en Oaxaca y Tehuacán, pero también tuvo la oportunidad de representar a Orizaba en el evento de Pueblos Mágicos, cuya sede fue en Querétaro.

Los años pasaron y el abrirse a más horizontes la llevó a otra academia en la ciudad de Córdoba, donde estuvo por dos años, puesto que las distancias y estudiar no le generaba mucho tiempo de descanso, por lo que ahora desde hace aproximadamente 2 años está en la academia Sones de México donde se prepara en conjunto con sus compañeros y profesores para eventos fuera de Veracruz.

"No era factible para mí y mis padres llevarme hasta Córdoba porque luego nos tocaba el tráfico por más temprano que saliéramos, por ello volví a Orizaba donde conocí a Sones de México, puesto que participaron en un evento de Día de Muertos en la ciudad donde los vi caracterizados y eso me encantó".

A sus 20 años y estudiante de la carrera de química farmacobióloga en la Universidad Veracruzana, ha estado ensayando constantemente y ahora pertenece a la segunda generación de su academia; aunque la pandemia de Covid-19 fue difícil, en su casa recreó lo que su papá hacía: tener como escenario la sala y el comedor.

Mi papá no es bailarín profesional, pero siempre queda en mí aquellas veces que lo veía bailar

Emocionada de seguir sus sueños y poder mezclarlo con una carrera profesional siempre con el apoyo de sus padres, amigos y familia, la han llevado a no soltar sus ideales, por lo que se prepara física y mentalmente para presentaciones fuera del estado y la posibilidad de un proyecto internacional donde agradece poder viajar con sus amigos, su familia dentro del folclor.

Vuelve a leer: Festival Internacional del Folclore 2022: así se disfrutó en Córdoba

Finalmente, la joven bailarina llama a los padres a acercar a sus hijos a las bellas artes en cualquiera de sus tendencias, pero la idea sería no dejar morir las costumbres mexicanas.

Orizaba, Ver.- Anahel Ruiz Rojas actualmente es bailarina de folclor, pero sus inicios se dieron cuando desde niña vio como su papá ocupaba la sala y comedor como pista de baile, desde ese momento supo que ella quería seguir los pasos de baile que hoy la han llevado a grandes escenarios locales y nacionales.

Dentro del baile y soltura su cuerpo fue moldeado gracias a la gimnasia rítmica, pero a pesar de su corta edad sabía que no era lo que le llenaba, "inicialmente la curiosidad me llevó al folclor mexicano, con mi papá veíamos presentaciones de otros grupos y eso llamó mi atención y ahí decidí pedirle a mis papás me ayudarán a aprender el folclor".

Desde los 10 años empezó a practicar el arte del folclor, sus primeros pininos como bailarina fue en una academia de la ciudad de Orizaba, ahí desarrolló la técnica y habilidad que ella buscaba.

Para Anahel fue complicado aprenderlo, pero su constancia fue lo que la llevó a tener una presentación a los 11 años con los bailes de Michoacán y Yucatán; "es algo que no olvidaré, pues fue mi primera presentación ante público y desde ahí mis pasos en el escenario fueron más seguidos".

Anahel ha podido pisar escenarios como el Teatro Ignacio de la Llave y el Metropolitano de Orizaba, pero también ha tenido la oportunidad de viajar a Zacatecas en un Festival Internacional de Danza y en el Teatro Nacional de Danza de la Ciudad de México.

Cabe destacar que en sus primeros 6 años de carrera como bailarina estuvo en Oaxaca y Tehuacán, pero también tuvo la oportunidad de representar a Orizaba en el evento de Pueblos Mágicos, cuya sede fue en Querétaro.

Los años pasaron y el abrirse a más horizontes la llevó a otra academia en la ciudad de Córdoba, donde estuvo por dos años, puesto que las distancias y estudiar no le generaba mucho tiempo de descanso, por lo que ahora desde hace aproximadamente 2 años está en la academia Sones de México donde se prepara en conjunto con sus compañeros y profesores para eventos fuera de Veracruz.

"No era factible para mí y mis padres llevarme hasta Córdoba porque luego nos tocaba el tráfico por más temprano que saliéramos, por ello volví a Orizaba donde conocí a Sones de México, puesto que participaron en un evento de Día de Muertos en la ciudad donde los vi caracterizados y eso me encantó".

A sus 20 años y estudiante de la carrera de química farmacobióloga en la Universidad Veracruzana, ha estado ensayando constantemente y ahora pertenece a la segunda generación de su academia; aunque la pandemia de Covid-19 fue difícil, en su casa recreó lo que su papá hacía: tener como escenario la sala y el comedor.

Mi papá no es bailarín profesional, pero siempre queda en mí aquellas veces que lo veía bailar

Emocionada de seguir sus sueños y poder mezclarlo con una carrera profesional siempre con el apoyo de sus padres, amigos y familia, la han llevado a no soltar sus ideales, por lo que se prepara física y mentalmente para presentaciones fuera del estado y la posibilidad de un proyecto internacional donde agradece poder viajar con sus amigos, su familia dentro del folclor.

Vuelve a leer: Festival Internacional del Folclore 2022: así se disfrutó en Córdoba

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