La lucha por la equidad de género que permita brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato también tiene conquistas en los ceremoniales. Uno de ellos es la “Danza de los Viejos”.
Conocida popularmente como “La Viejada”, se celebra en el estado de Veracruz, en los municipios de Tempoal, Pánuco, Pueblo Viejo y Tantoyuca, donde hasta las décadas de los 80 y 90 las mujeres no podían participar. Era exclusiva para varones.
“Desde niña mi pasión por la danza era mucha. Yo los veía a ellos con sus máscaras y atuendos y quería ser hombre para bailar. Y no me quedé con las ganas. Puede decirse que usaba un doble disfraz”, rememora María Luisa Vázquez Cruz, una de las primeras mujeres en integrarse a una comparsa, pero con identidad oculta.
Su gran hazaña, comparte en entrevista, fue gracias a un amigo, quien le dijo qué tramo iba a recorrer, con el pendiente de que si lo descubrían él recibiría una multa por desacatar las reglas del ritual.
Para no ser descubierta, usaba un disfraz más largo, pues sus piernas y pies pequeños la delatarían. También utilizaba guantes, para que no le vieran las manos.
María Luisa se define como una mujer con metas claras. Al ir a su pasado comparte que en los 70 dejó Tempoal, su tierra de origen, para estudiar en Xalapa la licenciatura en Educación. Eso le cambió la mirada.
“En la Huasteca me metía al contingente custodiada por mi papá y hermanos. Ellos me protegían para que no me tocaran. No es que se quisieran sobrepasar sino que los comportamientos de los hombres en grupo son distintos”.
María Luisa, maestra egresada de la Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, ve como un parteaguas su matrimonio con un músico tradicional, quien creó una comparsa.
“Yo le ayudaba con los niños para que aprendieran a bailar; luego se empezaron a sumar mujeres, pero sin autorización, siempre con un caballero al lado, y todo fue gradual, no podría decir en qué momento hubo más apertura”, dice.
La docente y danzante festeja que en la búsqueda por incluir la ceremonia de la “Danza de los Viejos” en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco se haya puesto el requisito de fomentar la participación de las mujeres.
Y sí es un gran avance, declara, pero no por ello deja de enfatizar que deben redoblar esfuerzos porque su encomienda principal es elaborar la ofrenda de Día de Muertos.
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Los preparativos inician desde el 24 de julio, Día de San Juan, y continúan con la primera ofrenda, el 29 de septiembre, Día de San Arcángel. El ceremonial sigue el 18 de octubre, Día de San Lucas, y desde el 27 de octubre se dedican a elaborar una gran diversidad de dulces, guisos y bebidas, además del arco, imprescindible para la colocación de ofrendas.
“La encomienda la agradecemos y la hacemos con mucho gusto, pero sí le echamos muchas ganas si queremos bailar. Como sea, saber que podemos hacerlo con total libertad nos llena de mucha alegría”, expresa.