Orizaba, Ver.- Tras la pandemia, las nuevas generaciones leen más, solo que los tiempos de atención prolongada se están reduciendo por la “gratificación instantánea”, que ofrecen las redes sociales, que, contrario a la lectura, no impulsan a un desafío intelectual mayor que likear o no likear, asevera Maximiliano Rosete, editor independiente.
“Las nuevas generaciones leen más, pero los tiempos de atención prolongada se están reduciendo. La lectura es un ejercicio intelectual que requiere de tiempo y concentración”, dijo en entrevista exclusiva para El Sol de Orizaba.
Te puede interesar: ¡Amor por la enseñanza! Luigui perdió la vista y continuó dando clases
Como profesionales de la edición consideró que les corresponde hacer mucho de exposición de obra y acercar a lectores a obras más selectivas y ver qué se le recomienda a quién. "Las personas no leemos debido a que hay mitos detrás de la lectura".
Hay personas que dicen que no se puede comenzar a leer otro libro si ya comenzaste uno "Tienes que terminar el libro que empezaste y, uno empieza a leer por penitencia, a la gente no le gusta leer así", expresa.
Reconoce que ha recomendado libros que quizá no debía sugerir a alguien de 16 años, nada más porque no tengo tiempo o criterio para hacer una mejor recomendación.
Síguenos a través de Google News
¿Cuántos libros se leen anualmente por persona en México?
Por otra parte, revela que tiene datos de que en 2022, después de la pandemia, México paso de leer 1.8 libros anuales a leer 3.8, lo cual hay que celebrarlo "más que decir que no leemos como los nórdicos, 32 libros al año".
También debería haber, agrega, otros eventos como la FILO de Orizaba donde haya una mayor participación de editoriales para presentar el catálogo existente, detalla.
Te puede interesar: "Un honor leer a Laura Esquivel", actriz Nailea Norvind visita la FILO y nos cuenta su experiencia
“Soy lector porque veía leer a mi papá. He visto que la lectura es contagiosa, no pues decirle a un niño que lea 15 o 30 minutos diarios porque es su obligación, considero que hay que poner el ejemplo a las nuevas generaciones. Yo leo porque vi leer a mis papás, el ejemplo arrasa”, apunta.
Destaca que uno de los retos a los que se enfrentan los editores es el financiamiento, el trabajo de edición de un libro requiere de muchos profesionales editores, y para que la obra quede bien "debemos participar varios, no hay de otra y que éstas personas estén bien pagadas para trabajar lo que la edición requiere".
Indica que otro desafío podría ser la visibilidad en redes. Tienen mucho que hacer como editoriales autónomos, para acercarse a generaciones digitales.