Se acercan las noches más celebradas por los mexicanos: las posadas. Están llenas de alegría, risas, bailes y sobre todo comida, cantos y sus tradicionales piñatas que son un elemento característico de esta época.
Todos hemos estado en una posada en algún momento, pero ¿sabías que no siempre fueron como las conocemos hoy en día? Aunque las familias ya comenzaron a comprar lo necesario para realizar una posada a lo grande, muchos desconocen su significado y origen.
¿Cómo eran las posadas navideñas antes?
Antes de mencionar esto, debemos recordar el origen de esta tradición en México. Según los registros históricos, las posadas llegaron con la conquista de los españoles quienes cambiaron la tradición que los aztecas celebraban durante el mes Panquetzaliztli (hoy conocido como diciembre), que era cuando esperaban la llegada de su Dios Huitzilopochtli.
La celebración se llevaba a cabo el 6 de diciembre y duraba 20 días. Su fiesta se basaba en colocar banderas en árboles frutales y estandartes en el templo principal.
A su llegada, los españoles establecieron sus festejos, llamados “misas de aguinaldo” estos se festejaban del 16 al 24 de diciembre. ¿En qué consistían? Estas misas eran realizadas al aire libre, leían pasajes y realizaban representaciones alusivas a Navidad, lo que comúnmente conocemos hoy como pastorelas. Incluso, les deban pequeños detalles o regalos a sus conocidos, llamados “aguinaldos”.
Tras la Independencia de México la costumbre cambió. Las “misas de aguinaldo” desaparecieron en su totalidad. Sin embargo, hubo algunos seguidores de esta celebración quienes la rescataron y la retomaron en sus hogares, evolucionando a la popular tradición de las Posadas.
Llegamos al punto inicial, pues así como evolucionó tras la Independencia, esta tradición ha cambiado dependiendo la región y el tiempo. Aunque los elementos que la caracterizan sin importar el lugar son el color, sus cantos y su deliciosa comida que es compartida por las familias y amigos.
Si nos remontamos a cuatro décadas atrás, podemos ver que las posadas tenían un significado religioso en su mayoría, pues era indispensable que se rezara el Santo Rosario y que se hiciera una procesión con los peregrinos cantando la letanía en latín.
Cuando se llegaba a la casa o vecindad de destino, se cantaban los tradicionales versos para pedir y dar posada. Posterior a esto, comenzaba la diversión que era romper las piñatas, además se les repartía aguinaldos a los más pequeños. Finalmente, los anfitriones, en algunos casos, ofrecían algo de comer.
¿Cómo son las posadas navideñas hoy?
Aunque pareciera que no ha habido cambios en esta tradición, estas modificaciones se visualizan en su significado, ya que hoy se considera a esta celebración sólo como una fiesta donde sus participantes comen y beben en exceso, y aunque claro está que su origen se basaba en la convivencia, su fin se ha distorsionado.
¿Qué quiere decir? Las posadas son una celebración religiosa llena de guiños católicos. Se sabe que las posadas se realizan 9 días antes de la Navidad, es decir, comienzan el 16 de diciembre y terminan el 24 del mismo. El objetivo de esto es prepararse para recibir al Niño Jesús, es decir, espiritualmente, tal como lo menciona la iglesia católica.
Esto surgió de la historia de María y José antes del nacimiento de Jesús, durante los 9 días que duró su trayecto hacia Belén. Según la creencia, durante su viaje buscaron un sitio donde pudieran descansar, es decir, buscaron posada. De ahí nace el término “pedir posada”.
¿Qué elementos son indispensables para una posada navideña?
Como se mencionó, las posadas son momentos de convivencia y diversión, con comida y bebidas para su disfrute. Por lo tanto, si tienes pensado hacer una posada, te dejamos la lista de los elementos que son indispensables para estas noches:
Piñata: de siete picos, donde cada uno representa los siete pecados capitales que se deben eliminar: avaricia, soberbia, lujuria, gula, pereza, ira y envidia.
Palo para romper la piñata: representa a Dios, pues da la fuerza para vencer y quitar las tentaciones.
Luces de bengala y velas: representan el ritual que hacían los aztecas durante el nacimiento del Sol. Encendían velas en sus festejos más importantes.
Peregrinos: simbolizan a María y José en su camino a Belén, por ello sus figuras son llevadas en la procesión.
Cantos y rezos: el rosario, y los cantos narran las travesías que vivieron los peregrinos antes de entrar a Belén.
Aguinaldos: los dulces y las frutas se dan a los invitados y se obsequian en muestra de gratitud para los que aceptan la religión católica.