En un país en el que aún en el siglo XXI se logra escuchar que dedicarse al arte puede conllevar a “morirse de hambre”, los virtuosos de la música Félix Alanís, padre e hijo, afirman sentirse bendecidos porque ellos no solo viven de la música sino para la música.
Las coincidencias de los Félix van más allá de los nombres. Ambos tienen trayectorias individuales en la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX), con otras agrupaciones y en la docencia. Son una familia de músicos con raíces en Guanajuato que se extendieron a Veracruz y a Estados Unidos.
En entrevista, comparten fragmentos de su vida personal y profesional, y recuerdan al tercer Félix Alanís, “el abuelo”, quien a su vez tuvo un papá violinista.
Alanís Rodríguez y la época dorada de la OSX
Félix Alanís Rodríguez, de 74 años de edad, hoy es trompetista jubilado de la OSX y tiene frescos los recuerdos de su papá, de quien, acepta, hubo influencia para decidir a qué dedicarse.
Apenas tenía siete años cuando la familia se mudó de Silao, Guanajuato, a México, y le habló a su mamá de sus deseos de estudiar música; ver a su padre salir de la casa para ir a tocar la trompeta le había despertado ya el interés por hacer lo mismo. Terminada la secundaria, él mismo fue a inscribirse a la Facultad de Música.
Ya como profesional, Alanís Rodríguez se desempeñó cuatro años en la Orquesta Sinfónica del Estado de México, en Toluca, para luego llegar a Xalapa y acumular 31 años con la OSX.
Su entrada, afirma, fue en la “época dorada”, con Luis Herrera de la Fuente y en tiempos de giras, apoyo y valoración al conjunto de profesionales de distintas latitudes.
“Los mejores músicos del mundo estaban con la Sinfónica de Xalapa y me consta, los llamaban de otros lados y les ponían cheques en blanco para llevárselos, y no aceptaban. Yo también fui llamado por otras orquestas y nunca me fui”.
“Viajamos por Europa, por toda la República, nos valoraban, nos presumían y los xalapeños estaban muy orgullosos de sus músicos”, declara quien tras su jubilación, dice haber tenido actuación con todas las orquestas de México para luego desempeñarse como profesor de “Esperanza Azteca”, comparte quien con el tiempo llegó a ser el asistente de principal de trompetas.
“Ahora toco danzones, polkas, mariachi y todo lo popular, todo lo que me gusta, pero en las fiestas en las que me invitan”, agrega.
Alanís Barradas sigue el legado
Félix Alanís Barradas, de 41 años, vigente en la OSX, violinista xalapeño, comenta que desde temprana edad inició sus estudios para luego continuar con su licenciatura en la Facultad de Música-UV.
Con 20 años dentro de la OSX, recientemente logró convertirse en principal de segundos violines, luego de ocho años como asistente.
“Cuando salió la convocatoria tenía ciertos temores, pero sentí el apoyo de la sección. Hoy estoy en otra faceta, con mucha responsabilidad y mucho entusiasmo por dar siempre lo mejor”, expresa.
Llegar a donde está -confiesa- le ha significado momentos de dudas, aunque nunca tan fuertes como para dejar de continuar superándose. Y es que cuenta con tres maestrías en el extranjero y es de los pocos doctores en la Ejecución del Violín por la Universidad de Houston, Texas.
Uno de sus posgrados es en Música de Cámara con especialidad en viola y cuarteto de cuerdas en la Universidad de Victoria, Canadá, con sus compañeros de Chroma, agrupación veracruzana que en 2023 ganó la convocatoria para convertirse en el Cuarteto del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Quien fue concertino de la Orquesta Sinfónica de Texas Tech y de Houston, también se desarrolla como profesor particular y, con la UV, en el área de posgrados.
Viene un segundo semestre del año muy arduo con la Sinfónica; me toca estar de líder en la sección, y con Chroma, en 2025 celebraremos los 10 años. Será un aniversario importante y vienen muchos conciertos
Fuera de su zona de confort, quien de niño tuvo como centro la música y el cuidado de sus manos, hoy también destaca en el deporte, en un equipo xalapeño de Ultimate Frisbee. Este año representó a México en reciente torneo Panamericano.
Certidumbre laboral, importante para ser músico
Cuando los artistas recuerdan al Félix Alanís que en Silao trabajaba con mariachi para llevar los recursos económicos para el sustento del hogar, los cuales dependían de muchos factores, incluida la salud y las condiciones climáticas, señalan la necesidad de trabajos remunerados y con prestaciones para su gremio.
La OSX, consideran, cuenta con las mejores prestaciones y, en el caso de Alanís Rodríguez, dice recibir sus pagos como músico jubilado sin reducciones, cuando en otras orquestas las bajan a la mitad.
Coinciden en que el esfuerzo, la preparación, la constancia y tener metas claras son fundamentales para avanzar en el camino. Más allá de las edades y formaciones, en el caso particular de padre e hijo, afirman estar orgullosos el uno del otro.
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“Para mí siempre fue una guía a seguir. Lo quiero mucho y le tengo gran gratitud… En lo profesional, ver a mi abuelito, de dónde venía, y ver a mi papá convertirse en asistente de principal, me generó más respeto y orgullo por quienes han trabajado tanto por la música. Juntos en la Orquesta solo estuvimos dos años”, menciona el violinista.
Alanís Rodríguez, ameno conversador, comparte anécdotas con su hijo y manifiesta también su orgullo por lo que ha logrado. No se va sin nombrar a su otro hijo, Gabriel Alanís, quien también es violinista con carrera en Estados Unidos.
Ellos han hecho de la música una forma de vida en la cual, afirman, también han estado presentes los momentos de ocio, la recreación y la convivencia en familia, pues la “música es matemáticas y hay que descansar la mente”.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa