Orizaba, Ver. - Flavio Zepahua Cotlame, danzante prehispánico originario de Ixtaczoquitlán comenta que desde hace 25 años un grupo de amigos llegaron a la comunidad de Tuxpanguillo para practicar y ensayar esta danza, dejando la tradición en los zoquitecos.
Su hija, a los 9 años, empezó a practicar las danzas prehispánicas y animado por su primogénita se animó a participar y desde hace 15 años se dedica a la danza prehispánica.
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El originario de Capoluca, recuerda que ha tenido presentaciones en grandes lugares de la región, siendo que desde hace tiempo él y la compañía de danza "Ocelos" han llegado a la tradicional fiesta de Xochitlallis en Tuxpanguillo, pero también en el 2012 tuvo la oportunidad de representar al estado de Veracruz en la Feria Internacional de Francia.
"Algunos alcaldes apuestan a la cultura y es importante que vean el trabajo que realizamos, pues le gusta a la gente y seguimos danzando por ellos, pero hay algunas autoridades que se olvidan y pedimos se nos deje recaudar fondos, pues muchos grupos de baile somos independientes".
Refiere que como danzante no quiere que se pierdan las tradiciones mexicanas, por lo que ha apostado a seguir con el grupo y a sus alumnos enseñarles Náhuatl.
"Contratar maestros para que le enseñen a los niños a hablar, ya que hoy en día es importante rescatar el idioma, tengo posibilidad de que lo hablen y me ha pedido en Estados Unidos a personas que lo hablen".
¿Qué tiempo invierte en su traje?
Él representa al guerrero "Celoc" o guerrero Jaguar, quien es el guardián de la energía, el día y la noche, pero cuando baila se le llama de otra manera dándole significado de "bandera de guerra".
Respecto al tipo de plumas que usa en su traje, refiere que son de faisán, gallo, cuervo, entre otras y la caracterización la realiza en 3 horas, puesto que el maquillaje que usa en brazos, cara, piernas y pies, pues con pintura negra se realiza manches que asemejan al pelo de un jaguar.
Sobre su cabeza, tiene el rostro de un jaguar amarillo, originario de las tierras mexicanas, este con su boca abierta, que fue realizado especialmente para el traje, "le agradezco a mi padre la humildad y trabajo, estoy orgulloso de lo que hago y de mis apellidos Náhuatl, esto es lo que representó y lo que hago".
Flavio Zepahua Cotlame, recuerda que el Xochitlallis es un tributo a la tierra y es con música y danzantes lo que cada año dan a la madre Tierra como un agradecimiento, ofrendas florales y de los cultivos que se dan en el municipio zoquiteco.
En el valle de Tuxpango hay alrededor de 200 danzantes, esperando a que la gente los busque y se animen a ser partícipes, "mi meta es hacer algo turístico con danzantes y espectáculos prehispánicos sin que la gente viaje fuera de la región".