Ciudad Mendoza, Ver.- El historiador Bernardo García Díaz al presentar su libro: “Un pueblo sindical de la Revolución, Santa Rosa”, dijo que “debemos enorgullecernos del pasado tan grande que tenemos y, aunque pequeño el pueblo es necesario resaltar la unidad y los logros que alcanzaron de manera colectiva, porque Río Blanco tuvo una fábrica textil más grande que la de Ciudad Mendoza, pero tardó 40 años en adquirir el título de ciudad”.
Apuntó que Nogales, siendo un pueblo antiguo, -el más importante después de Orizaba en el Cantón-, además de la fábrica textil San Lorenzo tenía un aserradero y una marmolería, era un municipio importante; a pesar de ello, Ciudad Mendoza adquirió primero la categoría de ciudad.
“No lo digo por chauvinista competencia con Río Blanco y Nogales, cuando me dicen ¿de dónde eres?, digo soy de Santa Rosa o de Orizaba, porque ser orizabeño está en el valle”, abundó.
Añadió que el pasado tan grande que tienen, de un pueblo pequeño, debe ser como un alimento; que no sea solo la nostalgia del pasado, de las bandas de música, del cine, el estadio y la escuela Esfuerzo Obrero, sino que sea como un estímulo para una valoración.
“Un Pueblo Sindical de la Revolución, Santa Rosa, Veracruz”, del doctor Bernardo García Díaz es un libro que relata, con imágenes y texto, cómo se constituyó una comunidad obrera en esta región de las Altas Montañas, la Santa Rosa, donde se creó un pueblo sindical, se lee en el prólogo del ejemplar.
¿Quiénes más estuvieron presentes?
Los escritores e historiadores: Carlos Serrano Sánchez y Agustín García Márquez destacaron el esfuerzo de la edición de este ejemplar, que se realizó en el marco del 90 Aniversario de la elevación, de villa a ciudad, de Camerino Z. Mendoza.
El libro cuenta una breve, pero singular historia sobre cómo se fue constituyendo la comunidad obrera -en la tercera década del siglo pasado-, al pie de las Altas Montañas.
Describe cómo migrantes que llegaron de muchas partes, atraídos por la puesta en marcha de una fábrica en el Valle de Orizaba, crearon un pueblo sindical y de qué manera esas personas, diferentes entre sí y muy desconfiadas, encontraron poco a poco cosas que compartían y comenzaron a hacer intentos por agruparse, desde principios de siglo.
La obra relata que no sería sino en un contexto revolucionario, que encontrarían las condiciones propicias para desarrollar las nuevas lealtades de clase para ir conformando una comunidad con sus correspondientes instituciones, costumbres e intenciones.
Fue así, que tuvieron la buena fortuna de convertirse en protagonistas activos de su propia historia y, dar grandes pasos por una vida más digna y justa.