Veracruz es cuna de artistas que destacan por su talento, su innovación, la manera en que plasman en cada trazo, lienzo, escultura, letra y melodía parte de su alma interna, del mundo que perciben y que inspiran a quienes aprecian el arte, y a los que disfrutan de la belleza que se crea.
Entre personajes ilustres que han nacido y vivido en la entidad podemos mencionar a Francisco Gabilondo Soler, Emilio Carballido, Agustín Lara, doña Sara García, Lorenzo Rivera, Miguel Ángel González, Fausto Celorio, Blanca Estela Pavón Vasconcelos, y muchos más que siguen siendo reconocidos por su historia y trayectoria.
En esta ocasión hablaremos de la historia de un artista multidisciplinario, quien en vida no solo se interesó por el arte, la música, la fotografía, la escritura y la investigación, también por ayudar en la mejora de las condiciones de los veracruzanos, particularmente de sus paisanos, quienes tienen en su historia a un personaje que fue y seguirá siendo un icono de México.
¿Cómo fue la infancia del artista Erasmo Vázquez Lendechy?
Rancho El Niño en Alto Lucero, Veracruz, vio nacer a Erasmo Vázquez Lendechy el 22 de mayo de 1918, en una casa típica de la época donde habitaba su padre, el general zapatista Ponciano Vázquez Varela, y su madre la maestra Juana Lendechy Sánchez.
Su infancia fue un periodo importante, ya que desde los primeros años de vida mostró un genuino interés por el arte. Su nieta Celia Castelán, también artista, relata para El Sol de Córdoba que su abuelo jugaba desde muy pequeño con la parafina de las velas, siendo unos de sus primeros materiales con los que comenzaría a crear esculturas, moldeando caballitos con cera de las velas que se usaban para iluminar las casas.
“Era tan ingenioso desde pequeño que tomaba las garrapatas que encontraba y se las pegaba en las patas de los caballitos de cera. Entonces, encendía un candil, y con el calor y la incomodidad las garrapatas empezaban a caminar y de esa manera hacía que los caballitos de cera caminaran”.
“Él hacía sus herramientas, con agujas o desarmadores, diseñaba sus guias para poder hacer figuras talladas en maderas blandas que encontraba en el rancho”, comparte su nieta. Mientras crecía, notaba que sus habilidades eran buenas, esforzándose en dar lo mejor de sí, hasta que tomó la decisión de salir de su hogar, y estudiar arte en la capital del país.
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¿Quiénes fueron los maestros de Erasmo Vázquez Lendechy?
Es así que se muda a la Ciudad de México para estudiar en Escuela de La Esmeralda, donde tuvo como maestros a Frida Kahlo, Diego Rivera, Carlos Orozco Romero y María Izquierdo, entre otros artistas que son considerados los mejores representantes del arte en México hasta la fecha. En La Esmeralda estudió dibujo, pintura, grabado y anatomía.
En el libro Frida, de Hayden Herrera, se menciona que Kahlo aceptó ser maestra de la escuela La Esmerada en 1942, donde ganaba 252 pesos por doce horas laborando tres días a la semana. La Esmeralda era una escuela con instalaciones austeras, y su matrícula no superaba los 25 estudiantes. Se cuenta que Frida era una maestra poco ortodoxa, que respetaba los procesos creativos de sus alumnos, y buscaba que la personalidad de cada uno se reflejara en sus obras.
Frida llevaba a sus alumnos a paseos, a lugares cercanos la CDMX, Puebla o las Pirámides de Teotihuacán. Cuando por sus problemas de salud Frida no pudo seguir trasladándose de su cada a La Esmeralda, les propuso a sus alumnos que fueran a tomar clases a la emblemática Casa Azul, en Coyoacán.
Entre sus alumnos había jóvenes de 14 y 19 años, quienes aceptaron acudir al hogar de la famosa pintora, donde se daban cita para aprender sobre paisajismo. Se cuenta que Diego Rivera, esposo de la pintora, también llegaba a los jardines y des daba retroalimentación a los jóvenes estudiantes. Esa cercanía fue trascendental para la vida artística y personal de los alumnos de Kahlo, quienes fueron llamados “Los Fridos”.
Erasmo fue uno de ellos, y por su indiscutible talento y al demostrar que era poseedor de grandes habilidades, Erasmo llegó a ser el jefe principal de “Los Fridos”.
¿Cómo participó Erasmo Vázquez Lendechy en el mural de la pulquería La Rosita?
Desempeñando este papel, se dio un acontecimiento que es recordado por los mexicanos. A finales del siglo XIX pintar en las pulquerías era muy popular y la estética era bastante interesante, además de relacionarse con el nombre del lugar, pero regularmente eran obra de rotulistas y la gente de la zona, considerado como arte popular.
A principios del siglo XX el gobierno mexicano prohibió que las pulquerías tuvieran murales en sus fachadas porque llamaban la atención y las autoridades buscaban que se redujera el consumo de esta bebida. A partir de entonces, pintar en pulquerías quedó abandonado.
Frida quería recuperar todo lo mexicano y aprovechar el auge que el muralismo tenía en la época, y con esfuerzo consiguió un permiso del gobierno para que sus discípulos pudieran pintar la fachada exterior de la pulquería llamada La Rosita, misma que estaba a unas cuadras de su casa, Frida y Diego hablaron con el dueño del establecimiento y le dijeron que los gastos correrían por su cuenta y ninguno de Los Fridos cobraría un peso.
Y así fue como Erasmo Vázquez Lendechy, Arturo Estrada Hernández, Guillermo Monroy, Fanny Rabel, Lidia Briones, María de los Ángeles Ramos, Tomás Cabrera y Ramón Victoria pintaron al óleo un muro con una comida campestre, otro donde se veía a un niño darle una rosa a su madre, un jaripeo, medios de transporte y más.
¿Cómo creó la escultura del negro de Yanga Erasmo Vázquez Lendechy?
El hijo del artista Erasmo Castelán, Fernando Vázquez, narró a El Sol de Córdoba la anécdota de cómo fue que su padre realizó esta icónica escultura, “en un evento en Orizaba, en 1974, el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez señaló que Yanga es un lugar con alto valor histórico, no solo por lo que sucedió con los esclavos africanos, sino por el personaje que es conocido en la lucha por la libertad”.
Echeverría dijo que se debía hacer un monumento a ese personaje libertador, y que el autor debía ser veracruzano. El encargado de la comisión para la escultura era un funcionario veracruzano y pensó rápidamente en Erasmo Lendechy, el artista a quien Diego Rivera mencionó en uno de sus escritos:
“Sonríe también el último de los pintores veracruzanos, Landechi, porque parece que sabe que los últimos serán los primeros. Lo he visto desde que llegó de la sierra de Almolonga y Alto Tío Diego…Hoy ya es el joven maestro Landechi. El primer cuadro que vendió fue un autorretrato que compró para su colección privada nada menos que el poeta Carlos Pellicer. Landechi es ahora uno de los pintores jóvenes de más talento en México”.
Erasmo moldeó la figura del negro de Yanga en arcilla antes de crear el monumento de 4 metros de altura en bronce que se exhibe en el corazón de aquel municipio donde se luchó por la libertad de los esclavos africanos.
La vida de Erasmo Vázquez Lendechy en Emilio Carranza
Tras volver de la Ciudad de México, Erasmo radicó el resto de su vida en Emilio Carranza, donde su familia ha vivido desde hace muchos años, y donde su personalidad sigue siendo recordada por quienes lo saludaban por las calles, sus vecinos, a quienes ayudó y los que aún recuerdan al don Erasmo.
En este pueblo costero, famoso por sus quesos, las playas, la talabartería y el turismo, Erasmo encontró un lugar donde vivir tranquilamente, pero no inactivo. Su nieta e hijo coinciden en que el patriarca de la familia era un alma que siempre buscaba cómo ayudar a los demás, siendo un personaje que logró darle a Emilio Carranza el agua potable y una de las escuelas más importantes de la zona.
La Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria Número 29 fue idea y gestión de Erasmo, quien acudió a las autoridades para pedirles que el pueblo donde vivía necesitaba una escuela secundaria técnica de primer nivel, cosa que no dudaron en autorizarle. Tras esto, se formó el patronato para la ETA, como popularmente se le conoce a esta escuela, y se designaron a los miembros, estando como tesorero Vázquez Lendechy, ya que los habitantes confiaban en él y su honradez.
En Emilio Carranza expuso parte de su obra, pero por lo que más es recordado es por sus habilidades en diversas disciplinas. No solo fue un artista plástico, en su taller era buscado para hacer trabajos como mecánico, soldador, hojalatero, sastre, constructor de embarcaciones, laudero, electricista, ebanista, agricultor y porcicultor.
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Además, fue docente de la UV, y otras de sus obras son el busto de Emiliano Zapata, en el municipio que lleva el mismo nombre, fue ayudante en las esculturas del monumento a la Revolución en CDMX, fue miembro del grupo en la excavación de los murales en la zona arqueológica en Las Higueras, en 1976 le solicitaron crear los dos bustos de los exrectores de la UV en bronce.
Don Erasmo Vázquez Lendechy murió en octubre del 2002 en la casa que fue su hogar y está sepultado en el cementerio de Emilio Carranza.