Bajo el nombre de Sofía Celorio Mendoza, la pintora, artista plástica y escritora originaria del municipio de Camerino Z. Mendoza le dio al estado de Veracruz una de las historias más impactantes de la década de los 60’s.
Sofía Bassi, como es recordada, nació el 13 de julio de 1913 en una ciudad de las Altas Montañas; hija del español José Celorio Ruiz y la mexicana Adela Mendoza, hermana del militar Camerino Z. Mendoza, quien participó en la Revolución Mexicana.
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Desde temprana edad Sofía mostró un talento nato por la pintura, en la cual se inició de manera autodidacta; años más tarde contrajo nupcias en Italia con el vizconde belga Diericx, con quien procreó dos hijos: Clairette y Hadelin.
El asesinato del conde Cesare D’Acquarone, presuntamente perpretrado por la famosa pintora Sofía Bassi.
Sofía era dueña de una belleza que hacía suspirar a decenas de burócratas, indica un viejo artículo de nuestra editora hermana La Prensa, firmado por Wilbert Torre.
Con estudios de Filosofía y gran facilidad para el dibujo y la pintura surrealista, Sofía fue aceptada por la nobleza europea, uno de ellos fue el multimillonario conde italiano Cesare D’Acquarone, quien se enamoró de Clairette Diericx, quien por cierto heredó la belleza de su madre.
Tras un tiempo se separó del belgs y se casó con el italiano Franco Bassi; tuvieron un hijo: Franco Bassi Jr.
Sofía Bassi tomó el apellido de su segundo esposo y con ese nombre obtuvo la fama mundial, tanto por su enorme talento para crear obras de arte, como por el crimen que cometió en 1968.
La reconocida pintora, artista plástica y escritora escandalizó a la alta sociedad de aquella época dando pie a una de las investigaciones más controvertidas en nuestro país. El caso Bassi o “Crimen de Millonarios” fue uno de los que más interesaron en su tiempo en México.
En 1960 la feliz pareja (Cesare D’Acquarone y Clairette) contrajeron matrimonio y se mudaron a un lujoso Fraccionamiento en el puerto de Acapulco, allí el conde pasó sus últimos días. El 3 de enero de 1968 se escucharon seis detonaciones en la zona de la alberca y el conde se desplomó hacia la piscina, donde quedó sin vida.
De acuerdo con la nota periodística de Wilbert, Bassi sostenía en la mano una pistola Walther y gritaba en forma incoherente; su hijo Franco y su esposo la sostuvieron mientras pedían el auxilio de un doctor.
Sofía, una vez detenida, lloraba inconsolable. Cuando por Ley se le permitió hablar señaló algunos detalles de lo que llamó “accidente”, Wilbert Torre accedió al sitio permitiéndole preguntar: ¿Acepta usted el delito que se le imputa? Bassi respondió: Sí señor, soy responsable del homicidio de mi yerno Cesare D’Acquarone. Fue algo horrible. Perdí el control de mí misma y realmente no sé qué fue lo que ocurrió.
El 6 de enero de 1968 se comunicó a Sofía Bassi su consignación ante el juez por el delito de homicidio calificado lo que la hacía candidata a una pena de 15 a 30 años de prisión. Fue sentenciada a 11 años de prisión de los cuales solo pasó cuatro tras las rejas.
Encarcelada en Acapulco, convirtió a la prisión del puerto en lugar que visitaron toda clase de personajes. La señora Bassi al recuperar su libertad a mediados de 1972, pasó años organizando su archivo hasta conjuntar material y escribir un libro.
Sofía Celorio Mendoza murió el 12 de septiembre de 1998 a causa de un paro cardíaco. Su cuerpo fue velado en el ovo-sarcófago que ella misma diseñó y pintó para ese fin. En el municipio de Camerino Z. Mendoza la artista Estefanía Carrera Rosas realizó una escultura de Sofía Bassi para homenajearla por su obra en 2021.