Cerrillos de Díaz (Alto Lucero), Ver.- Siendo uno de los eventos culturales más importantes del estado, el Festival Internacional del Arpa es un referente del folklore veracruzano.
Ayer miles de personas se dieron cita en la plaza cívica de este pueblo enclavado en la zona alta del municipio de Alto Lucero, para disfrutar de la presentación de 24 grupos locales, nacionales y extranjeros.
La decimonovena edición de este festival reunió tanto a los arpistas más experimentados como a las nuevas generaciones que, a través de la música, preservan esta tradición musical.
Cada uno de los grupos subió al escenario con la intención de demostrar sus habilidades con el arpa, por lo que los aplausos no se hicieron esperar.
El traje típico de jarocho y jarocha fue el atuendo que más sobresalió, aunque hubo algunos músicos que decidieron usar guayaberas coloridas.
Las mujeres con sonría carmesí y flores de colores en la cabeza dieron muestra de sus habilidades musicales, no sólo con el arpa, sino con diferentes instrumentos e incluso con su voz.
Los varones, por su parte, portaron con gallardía paliacates e incitaron a los presentes a ser partícipes del acto musical.
La finalidad de este evento, dicho por Manuel López Andrade, organizador del festival desde el año 2004, es hermanar a todos los arpistas y músicos que se dedican a tocar música jarocha utilizando este instrumento.
El uso del arpa en esta zona data de alrededor de 1900 en la zona, de ahí que tenga amplia relevancia para la cultura veracruzana.
Cerrillo de Díaz es un poblado con alrededor de 2 mil 800 habitantes, de los cuales al menos 300 son músicos y 200 arpistas, lo cual le ha llevado a ser reconocido como “semillero de arpistas”.
En esta edición se dedicó un homenaje a la memoria de Clemente Zavaleta Aguilar, artista de Alto Lucero, ante su gran capacidad de identificarse con el pueblo a través de la música.
Zavaleta es ampliamente reconocido no sólo en su municipio, sino en el territorio veracruzano, nacional y extranjero por ser un compositor y trovador pionero de décimas jarochas.
Además, se confirmó el hermanamiento que se tiene con Colombia con la participación de dos grupos que son embajadores del Joropo, música tradicional que ayer presentaron en el escenario.
Pese a que el pronóstico indicaba que podrían continuar las bajas temperaturas, ayer el sol era abrasador; sin embargo, lo que resaltó fue la calidez de las personas que con una sonrisa dieron la bienvenida a todos los visitantes.
Para que los asistentes pudieran disfrutar del festival se colocaron lonas y sillas desde donde se podía apreciar la participación de cada grupo que subió al escenario.
Junto al templete fue colocada el arpa que en el año 2015 obtuvo el Récord Guinness por ser una pieza de amplio tamaño. La misma fue fotografiada y sirvió de fondo para que algunas familias, parejas o grupos de amigos se tomaran una gráfica que sería digna de ser presumida en redes sociales.
Para los sedientos hubo venta de cervezas y micheladas, pero también se ofrecieron helados, raspados y aguas de sabor bien frías.
Aunque los pobladores prepararon alimentos que se sirvieron en la cancha principal, hubo quienes prefirieron comprar en los puestos y establecimientos algunos antojitos, entre éstos las tradicionales enchiladas alteñas.
Los menores pudieron disfrutar de los juegos similares a los de las ferias y en los cuales se obtiene un premio si se logra determinada puntuación, así como también de brincolines.
El evento, que inició minutos antes de las 14 horas, concluyó nueve horas después, debido al número de asistentes y de grupos musicales que decidieron unirse a este festival que el año próximo promete ser mejor.
