Te has preguntado alguna vez, ¿cómo se transportaban las mercancías, productos, muebles e incluso personas? La respuesta es tameme, un oficio prehispánico que hasta hoy perdura en ciudades y pueblos de México. Además, Xalapa tiene un personaje que realizaba este oficio con amor, respeto, responsabilidad y con una gran sonrisa que un buen número de xalapeños recuerda y atesora.
¿Qué es un tameme?
La palabra tameme proviene del náhuatl tlamama o tlameme, misma que significa “cargar”, sin más definiciones. En la investigación titulada “Mesones y caminos novohispanos”, publicada por la Dirección de Etnohistoria, del INAH, menciona que en el México prehispánico así como en toda Mesoamérica, no existía un animal que fuera capaz de emplearse para la carga y transporte de mercancías como lo había en otros países.
Por ejemplo, en Asia se usaban los camellos y bueyes, en Europa ocupaban los asnos, caballos y mulas, en el sur de América se auxiliaban con la llama. Como en la época prehispánica de nuestro país no había un animal para poder usarse en el transporte de mercancía, por lo que se tuvo que emplear al hombre, surgiendo así el oficio de los tamemes.
El oficio de tameme puede describirse como “cargador entrenado desde la infancia, el cual procede de la clase de los Macehuales, dedicados exclusivamente al transporte de mercancías en la cultura azteca”. Según el diccionario del Español de México, los Macehuales eran hombres de clase humilde, quienes se encargaban de trabajar la tierra o de servir a un noble, basados en la jerarquía indígena prehispánica.
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Los tamemes llevaban en sus espaldas las pesadas cargas, las cuales eran desde artículos para el comercio, muebles, o hasta personas. Estos cargadores podían recorrer a diario alrededor de 25 kilómetros caminando, y transportaban poco más de 20 kilogramos, dependiendo del tipo de terreno y el clima.
¿Qué historias hay sobre los tamemes?
El Colegio de Michoacán narra que Cristóbal de Olid (explorador y conquistador español que acompañó a Hernán Cortés en sus expediciones, además de ser regidor de Veracruz), mandó una carga de oro y plata a México con tamemes que iban de “veinte en veinte” cada uno, mismos que llevaban una banderilla sobre la carga para que se vieran uno a otros en el camino.
También comparte que cuando Nuño de Guzmán (conquistador español que llegó al Nuevo Mundo y fue gobernador de Pánuco) llevaba preso al cazonci (término que usan los purépechas para designar a sus gobernantes) hacia Jalisco, llegaron un grupo de tamemes con otras cargas de oro y plata, siendo que los tamemes que iban con Guzmán, llevaban arcos y flecas para conquistar Jalisco. Se cuenta que tras la muerte de Zinzicha, cuando Guzmán llegó a Cuynaho, los españoles le quitaron a los tamemes sus arcos y flechas temiendo un ataque.
Entre los tamemes había distinciones, ya que había quienes prestaban sus servicios para transportar las compras que se hacían, y existían los tamemes más considerados, quienes prestaban sus servicios en las expediciones. Antes de que salieran en expedición se calculaba el número de tamemes que se necesitaban, tomando en cuenta el tiempo que durará, las posibles bajas, etc.
Cargaban toda la mercancía que el mercader disponía para vender en el viaje, mismos que duraban incluso años. Al llegar a un lugar de descanso se les daba atenciones especiales, para que se recurarán de los extenuantes esfuerzos que hacían, reconociendo el valor de su labor. Para su regreso, se dedicaban a descansar, pues no acudían a los tianguis o mercados, ni se mezclaban con otros tamemes.
¿Cuáles son las herramientas de los tamemes?
Los tamemes no usaban más que su fuerza, su valor y un resistente mecapal. Sobre el origen del mecapal no se sabe quién lo inventó o inició su uso, pero información divulgada por el INAH lo recalca como un brillante invento prehispánico.
Además apunta que esta herramienta tiene una carga simbólica, y se relacionaba con el entrenamiento para ejercer el sacerdocio o la milicia, con los dioses del comercio, cargadores y practicas adivinatorias que se relacionan con el destino de los pochteca, el sistema matemático, indispensable para el comercio.
El mecapal o mecapalli, es un aparato que consiste en una banda hecha de algodón o de petate (una fibra de ixtle tejida), la cual se sujeta por sus extremos a dos cuerdas que sostienen el objeto que se carga. La banda se coloca en la frente del cargador para protegerlo, pues su cabeza y cuello tenían una doble función:
- Equilibraban el bulto a partir de la frente
- Distribuían el peso por todo el cuerpo del cargador, de tal forma que no hubiera un musculo que no recibiera parte de la carga
Algunos productos eran amarrados al mecapalli directamente, como la leña o cañas, y los productos que se empacaban en costales, tenates y trojes de madera. Había otros que necesitaban del uacalli y el cacaxtli, una especie de cajas, enrejados o entarimados de madera que servían para soportar tanto animales como pequeños objetos que podían ser frágiles.
¿Qué personaje xalapeño fue un tameme?
Xalapa tiene en su memoria e historia al icónico y recordado Juanote, el cargador que vivió en el siglo XX, y hoy en día es símbolo de trabajo y respeto en toda la ciudad y parte de Veracruz.
Juan Herrera Vázquez, quien nació en 1919 y falleció en 1989, llamado con cariño por las xalapeños como El Juanote, no porque fuera una manera despectiva de nombrarlo, sino porque quienes lo recuerdan señalan que casi medía 2 metro de altura y pesaría hasta 100 kilogramos, acompañado de una gran fuerza física, que hacía que pudiera a cargar desde una silla hasta un piano de cola.
El Juanote vio el crecimiento y trasformación de su ciudad, siguiendo los pasos de su padre que le heredó el oficio prehispánico e invaluable como cargador, en una época donde había hasta 100 personas dedicadas a este oficio, quienes se identificaban con un número que portaban en su vestimenta.
El Juanote se conocía por ser el cargador número 13, y portaba su placa con esta cifra, y debemos mencionar que él fue el último cargador de la ciudad.
Además de ser un personaje inolvidable en la historia de Xalapa por su oficio invaluable, sus valores y su gran personalidad, el Juanote también es recordado como un melómano destacado, fiel seguidor de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Actualmente podemos encontrar a los tamemes en parcelas, en las cosechas, en mercados o centrales de abasto, o hasta en las calles vendiendo sus productos.
¿Qué otro personaje dedicado a este oficio prehispánico conoces?
Con información de Maribel Sánchez / Diario de Xalapa