Entre máscaras, carteles antiguos y nuevos, un ring se corona como el rey del Costalazo, gimnasio fundado el 24 de agosto de 1984 en la Luz del Barrio y donde durante 38 años se ha escrito parte de la historia de la lucha libre de Xalapa.
Por las tardes, en el Costalazo hay niños desde los cinco años, luego llegan los adolescentes y, ya entrada la noche, los luchadores profesionales. Corren por el cuerpo el sudor y las ganas de ser mejores cada día. Hay diferencia en la ropa pero una coincidencia los une a todos: la pasión por la adrenalina y por medirse con otros.
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"Por el Costalazo han pasado luchadores que hoy están en la AAA, personas disciplinadas, esforzadas, echadas pa'lante. También han pisado el club chavitos que hoy son jóvenes que se dedican a un oficio o profesión, pero que dejaron distintos vicios.
Esa es mi satisfacción, confirmar que no me equivoqué, que el deporte sí tiene poder, que inspira y motiva, que puede incluso alejar de los vicios", expresa con orgullo Diamante Rojo, fundador del Costalazo, luchador profesional retirado pero vigente como entrenador.
El próximo 14 de mayo, Diamante Rojo cumplirá 70 años de edad pero su agilidad, su energía y su ímpetu dicen lo contrario. Él entrena a las nuevas generaciones, les da las bases, les alimenta la curiosidad y les fomenta la disciplina.
Tomado como ejemplo por muchos, Diamante Rojo acumula tanto amistades como el cariño de sus colegas. También están los familiares y tutores, quienes lo reconocen por su vocación de servicio y su responsabilidad social.
¿Quién es el Diamante Rojo arriba y abajo del ring?
Tres personajes hay en Diamante Rojo: el exluchador profesional que guarda carteles, cinturones y máscaras ganados; el hombre que soñó con tener un gimnasio de libre acceso para todos, y el líder de una dinastía, pues su descendencia ya también figura en los carteles de la lucha libre estatal y nacional.
Los sueños se cumplen, pero hay que focalizar, trabajar por ellos, no caerse a la primera, dice el hombre que decidió juntar dinero y comprar un terreno en la calle Libertad sin número, en los límites entre la capital del estado y San Andrés Tlanelhuayocan. Allí construyó el gimnasio y luego pensó en que sus muchachos merecían un ring digno.
Sudor, metas que cumplir, esfuerzo, disciplina, algunos golpes que atender pero también abrazos y camaradería, de todo eso ha sido escenario el ahora ring con amortiguadores y colchonetas.
"Quien entrena ahí le entra con confianza. Sabe que no se lastimará, que está bien protegido. Sí salió un poco carito pero decidí ir con todo, hacer las cosas bien", dice en entrevista quien ya es quiropráctico. De tantos golpes, aprendió a curar tendones, músculos, huesos… Aprendió a dejar a las personas listas para una próxima caída.
¿La televisión afectó el espectáculo de la lucha libre?
En 2023 la lucha libre local no tiene el peso de las décadas pasadas. La televisión lo cambió todo. La Arena Xalapa, el máximo recinto de la ciudad, ahora se medio llena cuando anuncia a personajes de la AAA, pero eso no merma ni el entusiasmo ni la misión de seguirse entrenando y enseñando a los demás lo aprendido, comparte Diamante Rojo.
"En Xalapa ha habido mucha evolución. Antes la lucha eran llaves contra llaves, o a ras de lona, no había tantos vuelos ni sillazos. Hoy hay algunos que agarran la lucha más como pandillerismo, eso antes no se permitía. Te bajabas del ring y ya te estaban descalificando. Ahora todo ha cambiado…", rememora con nostalgia quien empezó a practicar a los 18 años en las arenas Xalapa y Olimpia para entrar de lleno a los 35, porque "antes los lugares se trabajaban y ganaban de a de veras", afirma.
Difusor, coordinador, exportador de talentos, recibidor de promotores, sembrador de ilusiones, eso y más es Diamante Rojo, dicen algunos de los jóvenes que se congregan en el Costalazo y donde todos son bienvenidos. No hay costo. Solo se busca cubrir los gastos básicos.
"Mi consejo para los niños y jóvenes es que hagan deporte, cualquiera, pero que no se peguen a las drogas. Si lo que les gusta es la lucha libre, el Costalazo los espera", expresa Diamante Rojo. En víspera de sus 70 años, sonríe pues dice saber que se ha cumplido un propósito.
"Bendito Dios, el Costalazo es uno de los gimnasios más reconocidos de Xalapa y han salido muy buenos luchadores. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?...".
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa