Orizaba, Ver.- Estadounidenses, franceses, noruegos, y ahora un orizabeño, han tenido la oportunidad de despegar en parapente desde la cima del Pico de Orizaba, pues “Hike & Fly” es el deporte que involucra el montañismo y el parapentismo haciendo de este una disciplina completa acompañada de adrenalina.
Alfredo Morán es fotógrafo y parapentista desde hace 6 años, su preparación constó de disciplina, entrenamiento y una gran determinación de realizar sus sueños, ya que desde hace algunos atrás había soñado con despegar del Pico de Orizaba para tener una buenas fotos e increíbles vídeos que complementan su lado profesional y añade un reto más en lo personal.
El deportista explica que combina el deporte de montañismo y parapentismo ahora llamado “Hike & Fly”, "subes a la cima de una montaña y desciendes en paracaídas (...) en algunos países donde está más desarrollado este deporte, pero en México son pocas personas quienes lo hacen y el reto más grande es el Pico de Orizaba”.
Luego de años de espera, intentos por subir a la cima del Pico, en conjunto con otros 4 amigos originarios de Jalisco, Sebastián Rodríguez, Óscar Gómez de la Vega, Daniel Díaz Rizo y José Vega lograron cumplir su sueño el 7 de noviembre.
Para esto debían tener las condiciones climatológicas idóneas, pues en tierra y aire el clima es cambiante, “cuando vuelas debes de tener en cuenta la velocidad del viento, dirección, entendimiento y que la verdad fue un proceso en el que tuve que aprender cosas".
Sus amigos pilotos viajaron hasta Zoapa, Puebla, donde fue el punto de reunión para estos 5 amigos deportistas extremos, allí existe un grupo de montañistas y un hostal llamado Orizaba Mountain Guides, donde estuvieron por un momento, siendo esa su “base de operaciones” y el lugar de aterrizaje.
A las 6:00 PM llegaron al hostal, cenaron y se fueron a dormir, pues 11:30 pm tenían que estar despiertos, listos y equipados, pues la subida a pie por la montaña iba a ser larga; pasados 8 horas de camino, el frío que se sentía de menos dos grados con sensación térmica de 7, el congelamiento de rostro y pies no impidió que la emoción en ellos pudiera más.
Alfredo narró que a las 7 de la mañana del 7 de noviembre estaban en la cima del Pico, una vista increíble que sus ojos y sueños no se habían imaginado, él fue el primero en despegar convirtiéndose así en el primer orizabeño en volar sobre el Pico de Orizaba únicamente apoyado de una tela e hilos que el mismo piloteo.
“Afortunadamente todo salió bien, un vuelo exquisito de 40 minutos de puro descenso, alucinante, impresionante la montaña vista desde el aire, sostenido con un trapo con hilos fue algo impresionante, lo anhelé por años y lo disfruté, lo mejor fue hacerlo pero más llegar a casa completo”, expresó con emoción.
Para él fue un orgullo ser una de las personas de la región de las altas montañas en poder despegar. Mencionó que su preparación fue a base de tres pasos, uno el parapente, un deporte el cual lleva 6 años realizándose y lo que le valió tener una preparación; dos, el montañismo, un deporte que realiza desde que era muy joven y este fue inculcado por su padre y el tercero y más personal: voluntad, pasión y gusto.
Alfredo Morán es popularmente conocido por la realización de las fotografías y libros que ha realizado, pues para él el Pico de Orizaba representa mucho más que la montaña más alta de México, pues este lugar le dio los mejores escenarios, vistas, tomas y encuadres para hacer su primer libro fotográfico.
Ahora, su sueño se había hecho realidad, pues las tomas que logró eran otro sueño; "no es lo mismo verlo en dron o documentales que poder tener la experiencia que sus ojos y su lente de cámara pudieron captar".
Su parapente verde con franja roja le dio las alas y su lente de fotografía le dio la ilusión de hacer su sueño realidad, “aquí conocí muchas personas que determinaron mi vida personal y profesional, el vínculo con mi papá por el deporte del montañismo, el Pico vale mucho para mi y combinar el vuelo con la montaña fue emotivo, fotografiarlo desde el aire fue un placer único”.
Para Alfredo contar esta experiencia le representó volver a vivirla y aunque tuvo un congelamiento de pies por un tiempo, no fue mucho el “dolor” que tuvo comparado con la emoción de crear y vivir escenarios únicos.
Un vuelo exquisito de 40 minutos de puro descenso, alucinante, impresionante la montaña vista desde el aire
Alfredo Morán | Deportista