Adentrándonos en el Panteón Municipal de Orizaba, "Juan de la Luz Enríquez", al final de los pasillos, a unos cuantos metros de la salida por avenida 5 está "La Gruta del Cristo Negro", una cueva hecha por los sepultureros luego de la extraña aparición de un Cristo sobre una piedra que no pudieron remover.
Hace muchos años, una venganza hecha por un gobernador de Veracruz de la época Porfirista llegó a Orizaba, el inconforme político, montado en su corcel al descubrir que el campo santo de esta ciudad llevaba su nombre, fue tal su Inconformidad y enojo que por las noches entraba a destruir monumentos y tumbas.
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Los años pasados y en 2013, quien fuera administrador del panteón municipal de Orizaba buscaba junto con su personal mover una enorme piedra, pero al ver fallido sus intentos optó por dejarla en el sitio y sobre ella edificar una bóveda de nichos, logrando su objetivo.
Cuál es la historia oculta de la gruta del Cristo Negro
Cuenta la historia, de acuerdo a los panteoneros, que un buen día un compañero suyo de aquellos años, quedo desconcertado luego de encontrar un crucifijo en la bóveda, por lo que acudió al administrador a preguntarle quién había colocado dicho objeto religioso.
Ante este sorpresivo encuentro, el administrador de aquellos años optó por ir hasta la bóveda y ver con sus propios ojos el hallazgo de un crucifijo en color negro de cerámica, situación que en su momento no le pareció extraña, puesto que pensó algún buen ciudadano lo coloco ahí.
El tiempo pasó sin novedad alguna hasta que un día un trabajador del panteón se acercó a la bóveda para hacer sus labores diarias, sin embargo, noto que aquel Cristo que se presumió colocaron, estaba partido por la cintura y desprendido de la cruz sus manos, pies y tórax, pero al preguntar entre los trabajadores entendió que nadie puedo hacerlo, pues respetaban la imagen y el lugar no presentaba algún riesgo.
Sin darle mayor importancia y buscando la forma de reparar aquel crucifijo que de la nada apareció en aquella cueva, el encargado quedo sorprendido al percatarse que las manos del cristo no estaban rotas conservando los orificios de los clavos.
Detectando que no estaba rotó o perdidos los clavos que permanecieron en su lugar, ¿cómo pudieron las manos de cristo desprenderse si las perforaciones eran grandes?
Hoy, este espacio es conservado por los panteoneros y es visitado por los turistas, a la vista se pueden ver más de 20 crucifijos negros colocados por los trabajadores, siendo ellos mismos quienes las guardan de aquellas tumbas que están en el olvido.