Ciencia y Luz | Confesiones de una célula estresada

Parte 1. El caso del hepatocito

Abril Barrientos y Daniel Hernández / Colaboración

  · sábado 20 de abril de 2024

Hepatocito estresado eligiendo su mecanismo de respuesta contra el estrés celular | Cortesía / Abril Alondra Barrientos Bonilla

Cuando nos estresamos es sencillo identificar los síntomas (taquicardia, sudoración), pero ¿cómo se visualiza el estrés en los órganos del cuerpo? En principio, es importante saber que a nivel celular los estresores son moléculas, generalmente conocidas como radicales libres, entre los que destacan las famosas Especies Reactivas de Oxígeno, y las Especies Reactivas de Nitrógeno.

La acumulación de estas partículas altera la respiración y la nutrición celular, lo cual favorece la pérdida de la regulación de sus funciones (homeostasis). Interesantemente, cuando las células se dañan muestran signos de envejecimiento prematuro y muerte. No obstante ¿Todas las células responden igual? La respuesta es no. Hoy hablaremos de los hepatocitos.

Los hepatocitos residen en el hígado. Aunque pequeñas (20 a 30 micrómetros de diámetro), son células muy dinámicas. Se conoce que están encargadas de la síntesis de proteínas, realizan la desintoxicación del organismo, ayudan en la asimilación y luego la eliminación de los fármacos que consumimos; e incluso funcionan como “almacenes” de moléculas energéticas.

Por sus múltiples funciones, estás células deben proliferar rápidamente, eso sí, de forma controlada. Cuando los hepatocitos enfrentan un desequilibrio en la producción de radicales libres, se activa el sistema antioxidante, mediante el cual se liberan moléculas como el glutatión que neutraliza a estos radicales libres, y protege a las células.

Otro escenario común al que se enfrentan los hepatocitos es la inflamación. Cuando estas condiciones se presentan, hay un exceso en la liberación de citocinas pro y antinflamatorias. Lo bueno del caso, es que, para contrarrestar esta situación, los hepatocitos comienzan a liberar moléculas para la reparación y la supervivencia celular. Pero ¿Qué sucede si esto no sucede?

Cuando el estresor es prolongado estas células pueden presentar daños irreversibles, como lo que ocurre en la cirrosis o en los hepatocarcinomas. Por lo cual, en un último “acto de amor”, por decirlo de alguna manera, en los hepatocitos se activan mecanismos de muerte celular (apoptosis o necrosis) para que el daño no sea tan extensivo y no condicione la función del hígado.

En conclusión, los hepatocitos responden al estrés celular mediante diferentes mecanismos de defensa y adaptación que buscan minimizar los daños en el organismo. El resto de las células ejecutan estos y otros mecanismos para responder al estrés celular, para conocer más, los invitamos a estar al pendientes de la segunda entrega de las confesiones de una célula estresada.

*Instituto de Neuroetología, UV.

Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa