Ciencia y Luz | ¿Por qué discriminamos a otros?

Una mirada psicológica hacia los grupos minoritarios y estigmatizados

Gabriela Godoy y Roberto Lagunes | Colaboración

  · sábado 11 de noviembre de 2023

Es un problema que depende de nuestras propias creencias y nuestras emociones. A veces pueden estar justificadas, pero en muchas ocasiones no | Cortesía | Pexels

En un momento donde la inclusión rige muchos de nuestros comportamientos, nos preguntamos: ¿por qué hay grupos de personas de los cuales quisiéramos estar muy lejos, sin tener nada que ver con ellos?

La investigación en psicología ha demostrado que, tras conocer las condiciones de grupos minoritarios (como las personas con VIH, con antecedentes penales o trabajadores sexuales), logramos empatizar con ellos y les damos “permiso” de formar parte de nuestra sociedad.

Sin embargo, aunque estén allí, no queremos que estén tan cerca de nosotros. No los queremos como amigos nuestros, como parejas íntimas, o incluso que trabajen en los mismos sitios que nosotros. Los excluimos y estigmatizamos. ¿Por qué?

La razón es que el comportamiento humano está determinado en gran medida por procesos cognitivos (lo que creemos) y por emociones. Ambos influyen en nuestra conducta hacia los demás. Nuestras creencias sobre las personas, en especial hacia los grupos minoritarios, nos llevan a suponer que su situación tiene que ver con su propia responsabilidad, con su falta de capacidad para controlarse.

Esto significa que, cuando creemos que los demás son responsables de su propia situación, empatizamos menos con ellos y probablemente limitemos la ayuda que podríamos brindarles. Si, por el contrario, consideramos que son víctimas de las circunstancias, es menos probable que los consideremos responsables y, por tanto, los apoyamos e incluimos en nuestra sociedad.

Pero lo que sentimos, nuestras emociones pueden tener un papel aún más importante que nuestras creencias. Si sentimos miedo, celos, disgusto o sensaciones de incomodidad hacia un grupo de personas, lo más probable es que nos alejemos de ellos para evitar el miedo y el rechazo que nos inspiran.

Es por esto que, cuando tenemos creencias y emociones negativas hacia un grupo de personas, es muy fácil que la manera en que nos comportamos con ellos también sea negativa. Estas conductas negativas incluyen rechazo, hostilidad, negación de ayuda, agresión y amenazas. En una palabra: discriminación.

Entonces, la discriminación es un problema que depende de nuestras propias creencias y nuestras emociones. A veces pueden estar justificadas, pero en muchas ocasiones no lo están. La investigación sobre este tema aún es escasa, pero ya se analizan posibles intervenciones; creando campañas de psicoeducación en los medios para concientizar sobre las verdaderas condiciones de los grupos minoritarios y estigmatizados.

Solo así podremos reducir su exclusión y las formas más dañinas de discriminación que padecen.

*Instituto de Investigaciones Psicológicas, UV.