/ domingo 2 de agosto de 2020

De la EEI a la tierra: Cápsula de Space X regresa y cae en el Golfo de México

La cápsula Dragon Endeavour trajo abordo a los astronautas de la NASA, Robert Behnken y Douglas Hurley

Desde la Estación Espacial Internacional (EEI) al planeta tierra, así fue el viaje de la cápsula Dragon Endeavour de SpaceX, que aterrizó este domingo de manera controlada a las aguas del Golfo de México, con los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley a bordo.

Tal como estaba previsto y sin problemas, la cápsula se posó sobre la superficie del mar con ayuda de paracaídas a las 14.48 (18.48 GMT) en un punto del golfo de México cercano a Pensacola, en la costa noroeste de Florida.

El barco Navigator de SpaceX estaba a solo unas tres millas náuticas del lugar para encargarse de recuperar la nave, que será colocada en su cubierta.

Los dos astronautas, que se encuentran "bien", según dijo una portavoz de la NAA durante la transmisión en directo del final de la misión Demo-2, serán sometidos a chequeos médicos antes de viajar por vía aérea a Houston (Texas).

Así terminó la histórica misión Demo-2, que se inició a fines de mayo en Cabo Cañaveral (Florida) y con la que se certificará la capacidad de SpaceX, la compañía de Elon Musk, para realizar viajes espaciales comerciales.

El viaje de Behnken y Hurley fue el primero desde suelo estadounidense y en una nave comercial hasta la EEI desde que en 2011 concluyó el programa de transbordadores de la NASA.

Antes de entrar en la atmósfera terrestre la nave se separó de la estructura de carga, que se desintegrará después, y su peso se redujo así a 21.200 libras (unos 9.600 kilos).

Luego hizo una maniobra para salirse de la órbita y una vez en la atmósfera terrestre se activó una primera tanda de dos paracaídas y luego una de cuatro para guiar a la nave al sitio escogido para el amerizaje y para facilitar después una caída suave.

Además de Pensacola había otros seis sitios alternativos para la caída de la nave.

La costa este de Florida quedó descartada debido al paso de la tormenta tropical Isaías.

La nave se había desenganchado de manera automática de la EEI a las 23.35 GMT del sábado para iniciar el viaje de regreso.

Behnken y Hurley, que durmieron ocho de las 19 horas que toma el regreso a la Tierra desde la EEI, fueron despertados esta mañana desde el centro de control de la misión con una grabación de audio de los hijos de ambos, según un comunicado de la NASA.

En total estuvieron 62 días a bordo de la EEI, durante los cuales dieron 1.024 vueltas a la Tierra, dedicaron 114 horas a la investigación y vieron llegar y salir de la estación espacial a varios vehículos espaciales, según informó la NASA.

Behnken participó en cuatro caminatas espaciales con otro astronauta de la NASA, Chris Cassidy, que se encontraba en la EEI cuando ellos llegaron.

Si el viaje de ida fue histórico, el de regreso también, pues esta fue la primera vez en 45 años que la gente pueda contemplar el amerizaje de una nave espacial.

La última vez fue el 21 de julio de 1975, cuando la tripulación de una misión Apollo-Soyuz cayó al océano Pacífico, cerca de Hawái.

En 2014 la NASA otorgó a Boeing y a SpaceX contratos por un total de 6.800 millones de dólares para desarrollar el programa comercial de transporte espacial y dejar de depender de la nave rusa Soyuz que ponía en órbita a los astronautas de la agencia estadounidense desde que está canceló su programa de transbordadores en 2011.

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Desde la Estación Espacial Internacional (EEI) al planeta tierra, así fue el viaje de la cápsula Dragon Endeavour de SpaceX, que aterrizó este domingo de manera controlada a las aguas del Golfo de México, con los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley a bordo.

Tal como estaba previsto y sin problemas, la cápsula se posó sobre la superficie del mar con ayuda de paracaídas a las 14.48 (18.48 GMT) en un punto del golfo de México cercano a Pensacola, en la costa noroeste de Florida.

El barco Navigator de SpaceX estaba a solo unas tres millas náuticas del lugar para encargarse de recuperar la nave, que será colocada en su cubierta.

Los dos astronautas, que se encuentran "bien", según dijo una portavoz de la NAA durante la transmisión en directo del final de la misión Demo-2, serán sometidos a chequeos médicos antes de viajar por vía aérea a Houston (Texas).

Así terminó la histórica misión Demo-2, que se inició a fines de mayo en Cabo Cañaveral (Florida) y con la que se certificará la capacidad de SpaceX, la compañía de Elon Musk, para realizar viajes espaciales comerciales.

El viaje de Behnken y Hurley fue el primero desde suelo estadounidense y en una nave comercial hasta la EEI desde que en 2011 concluyó el programa de transbordadores de la NASA.

Antes de entrar en la atmósfera terrestre la nave se separó de la estructura de carga, que se desintegrará después, y su peso se redujo así a 21.200 libras (unos 9.600 kilos).

Luego hizo una maniobra para salirse de la órbita y una vez en la atmósfera terrestre se activó una primera tanda de dos paracaídas y luego una de cuatro para guiar a la nave al sitio escogido para el amerizaje y para facilitar después una caída suave.

Además de Pensacola había otros seis sitios alternativos para la caída de la nave.

La costa este de Florida quedó descartada debido al paso de la tormenta tropical Isaías.

La nave se había desenganchado de manera automática de la EEI a las 23.35 GMT del sábado para iniciar el viaje de regreso.

Behnken y Hurley, que durmieron ocho de las 19 horas que toma el regreso a la Tierra desde la EEI, fueron despertados esta mañana desde el centro de control de la misión con una grabación de audio de los hijos de ambos, según un comunicado de la NASA.

En total estuvieron 62 días a bordo de la EEI, durante los cuales dieron 1.024 vueltas a la Tierra, dedicaron 114 horas a la investigación y vieron llegar y salir de la estación espacial a varios vehículos espaciales, según informó la NASA.

Behnken participó en cuatro caminatas espaciales con otro astronauta de la NASA, Chris Cassidy, que se encontraba en la EEI cuando ellos llegaron.

Si el viaje de ida fue histórico, el de regreso también, pues esta fue la primera vez en 45 años que la gente pueda contemplar el amerizaje de una nave espacial.

La última vez fue el 21 de julio de 1975, cuando la tripulación de una misión Apollo-Soyuz cayó al océano Pacífico, cerca de Hawái.

En 2014 la NASA otorgó a Boeing y a SpaceX contratos por un total de 6.800 millones de dólares para desarrollar el programa comercial de transporte espacial y dejar de depender de la nave rusa Soyuz que ponía en órbita a los astronautas de la agencia estadounidense desde que está canceló su programa de transbordadores en 2011.

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