Con años de trabajar en biología molecular y fitopatología, que es la ciencia del diagnóstico y control de las enfermedades de las plantas, la doctora Norma Flores Estévez, investigadora del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana, expresa que las mujeres tienen más oportunidades para el quehacer científico, pero todavía enfrentan desventajas con sus pares varones por las cargas que deben afrontar cuando deciden tener hijos y parejas.
Hacer ciencia y afrontar las cuestiones como atender los hijos y la casa es una situación que representa una desventaja para las mujeres, “pero cuando puedes solucionar esos temas y tiene un compañero que es parte de la crianza como en mi caso, tienen mayores opciones, pero las situaciones culturales todavía pesan para muchas”.
Sin embargo, dice que en su caso su línea de investigación es la biología molecular donde con un compañero investigador trabaja principalmente con patógenos de plantas, “es decir exploramos los virus, bacterias y hongos que infectan a las plantas y les causan una enfermedad”.
Explica que igual que los seres humanos, las plantas tienen enfermedades, pueden tener un virus como la gripe que les afecta, bacterias o otros tipos de enfermedades. “Algunas veces les afectan los virus, otras veces las bacterias o inclusive los hongos”.
En la vegetación de México y de Veracruz hay muchos patógenos importantes dependiendo de la especie. Resulta que cada especie sufre de patógenos diferentes.
Objetivo, que campesinos usen compuestos desarrollados
Una muestra, es que en México se tiene una frase a nivel de los campesinos que es “ya nos cayó el chahuistle” que se refiere a una enfermedad producida por un hongo microscópico que afecta a los cultivos del maíz.
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Agrega que es un patógeno que es un hongo al que también se llama roya y que afecta a los plantíos de café, pero también de maíz y del frijol.
Como parte del trabajo que desarrollan como científicos, apunta, el objetivo es lograr que los campesinos utilicen compuestos químicos para controlar las plagas. “La investigación que hacemos es tratar de encontrar compuestos naturales con los cuales podamos eliminar los pesticidas”.
Lo que se intenta, dice, es obtener extractos para las plantas que sean menos agresivos para el medio ambiente y las personas. “Ese es el fin de mi trabajo y todos los que trabajamos en este instituto universitario, es a los que dedicamos muchos años de trabajo y que finalmente creemos podrá aplicarse en nuestros cultivos”, concluyó.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa