Sin duda, el nuestro es un país mayoritariamente católico y muchas festividades tienen un fuerte componente religioso. La Semana Santa y las fiestas en honor a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, podrían ser las más representativas, sin embargo, no se pueden omitir las festividades de los santos en diversas localidades de México.
En Veracruz, por ejemplo, entre las fiestas populares más concurridas podríamos citar la de la Candelaria, en Tlacotalpan, cuyos habitantes llenan de flores a su santa patrona y la pasean a través del río Papaloapan. Año tras año, los tlacotalpeños comparten con todos sus asistentes su historia, arte, cultura y gastronomía.
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Otra de las fiestas que no pasan desapercibidas son las que se realizan en honor al santo Rafael Guízar y Valencia, en Xalapa, donde cada 24 de octubre miles de fieles católicos visitan su tumba y acuden a él para agradecerle por los favores recibidos y pedirle que interceda por ellos. Guízar y Valencia es reconocido por sus obras de caridad y amor por los más necesitados.
También podríamos destacar las fiestas a María Magdalena, en Xico, considerada una las más antiguas de la entidad; se narra que esta festividad surgió en 1524. Extensas y coloridas alfombras de aserrín, danzas tradicionales y procesiones engalanan las fiestas en el “Pueblo Mágico”, donde el fervor religioso es el motor de esta fiesta patronal.
Festejos a la Virgen de Guadalupe en Las Altas Montañas
Así llegamos a La Perla, municipio enclavado en la zona centro y la más alta del estado de Veracruz, donde se ubica la parroquia Nuestra Santa María de Guadalupe. Este recinto, de imponente belleza arquitectónica, es un regalo de los pobladores a la guadalupana.
Construida en el siglo XVIII, esta iglesia es considerada patrimonio cultural de la región y es un lugar de gran devoción para los habitantes de La Perla, un municipio cien por ciento guadalupano. El templo cuenta con una imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de México, que atrae a numerosos fieles cada año.
Como cada 12 de diciembre, un sinnúmero de creyentes visitan el templo y lo inundan con millones de flores, como rosas, orquídeas y alcatraces, entre otras, que adornan el exterior e interior de la parroquia, incluyendo altares, paredes y pilares. Todo el pueblo aporta para que esta celebración sea todo un éxito.
La devoción a la morenita del Tepeyac permanece intacta en este pueblo, reflejada en los miles de feligreses que arriban al templo llevando consigo imágenes de la Virgen de Guadalupe o a sus pequeños vestidos de inditos e inditas, que simbolizan la aparición de la Virgen a Juan Diego.
El recinto religioso destaca por su arquitectura única; es un lugar de encuentro para los fieles y punto de referencia cultural en la zona. Las personas que la visitan encuentran en la parroquia Nuestra Santa María de Guadalupe un espacio de calma y conexión con lo divino. Es toda una experiencia única que los creyentes no se pueden perder.
