Orizaba, Ver.- El Cerro del Borrego, con una altura de 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar forma, parte de la Sierra Madre Oriental y cuenta con senderos y cuevas que visitan deportistas del Valle de Orizaba para disfrutar del bosque y el contacto con la naturaleza.
Al respecto, Carlos Beristaín trabajador del ecoparque, platicó en entrevista que en esa montaña hay tres cuevas importantes: la Cueva del Francés, la del Águila y la del Burro, a las que se puede llegar luego de recorrer 200, 300 metros y, 2.5 kilómetros.
Para llegar a ellas se recomienda conocer las rutas pues de lo contrario pueden extraviarse. Recordó que el Cerro del Borrego es una reserva ecológica donde lograron limpiar cinco senderos conocidos como lo son: El Coatí, Tlachichilco y, otros tres con dirección a las grutas.
Mito, la cueva que lleva a un túnel
Al preguntarle de la cueva con una puerta que conduce a un túnel que cruza la ciudad, comentó que esta es una leyenda. “Le puedo decir que no existe, en su momento, con Carlos Altamirano, -que en paz descanse-, recorrimos las faldas del cerro desde Río Blanco hasta Orizaba sin encontrarla”.
Subrayó que esa cueva es un mito. Son grutas que con el paso del tiempo y las lluvias se formaron, pero es una invención que se creó, tanto, que llegó gente a buscarla sin encontrar su ubicación en la montaña.
Abundó que el cerro es un centro de recreación, esparcimiento familiar y deportivo, además de las cuevas tiene senderos, miradores, ruinas de un fuerte y cañones que fueron utilizados en la batalla de 1862.
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Recordó que el sendero hacia la colonia Tlachichilco lleva hacia la cueva del Águila, que es de las más visitadas por jóvenes y turistas.
Calificó esa montaña como un espacio natural ideal para la relajación, ya que se caracteriza por el canto de los grillos, las aves y el olor a tierra mojada.
Los amantes del deporte de aventura hallarán la Cueva del Francés, pues tiene un montículo de roca; ahí enterraron una cruz como recuerdo de la batalla del Ejército Mexicano con las huestes francesas, resaltó.
Con el paso de los años, los más jóvenes gustan de disfrutar del deporte de aventura en medio de la vegetación, por lo que ascienden y descienden el cerro con el propósito de ejercitarse.