Orizaba, Ver.- Los puentes de Orizaba son reliquias sobre las cuales han pasado décadas de historia y bajo sus arcos se ha deslizado el eterno y monótono canto del agua, así lo describió en vida el historiador, Benjamín Maciel Gómez.
¿Cuántos puentes hay en Orizaba?
Se trata de 15 los puentes que atraviesan el Pueblo Mágico. De esos viaductos que dan fisonomía a la ciudad recordamos cuáles son los más importantes:
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Puente de Santa Anita
El año de 1717 gente emigrada de Ostotipac (hoy Nogales) formó en Orizaba un paupérrimo villorrio que llegó a convertirse en un industrioso pueblo con ‘gobernadores propios’. Era el pueblo de Santa Anita, dividido por el río Orizaba, de su vecino Ixhuatlán, el primitivo Orizaba.
De ese pueblo, que más tarde absorbió Orizaba, sólo quedan los vestigios en las márgenes del río y son el pintoresco patio de vecindad llamado ‘Patio de Santa Anita’, que está bajo el Paseo Colón y el Puente de Santa Ana, llamado así por su cercanía con una capilla que fue construida por los vecinos del pueblo en honor de la santa.
El Puente se encuentra en la Calle Colón; y aunque su nombre oficial es Puente Rafael Tapia, todos en la ciudad lo conoce como el Puente de Santa Anita.
En 1910, según consta en actas de Cabildo, fue reconstruido el puente, cambiando su nombre por el de don Teodoro A. Dehesa, paternalista gobernador del Estado.
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Se comenzó a construir el 2 de abril de 1897 y se terminó de edificar el 21 de diciembre del año 1900. Entre 1920 y 1970 se le hicieron reconstrucciones dejándole un grave defecto de alineación con relación a la calle; mismo que, a pesar de haber sido corregido años más tarde, no logró mejorar el aspecto de esta angosta avenida.
Puente Camerino Z. Mendoza o Puente de Las Lágrimas
En 1887, con el fin de comunicar los barrios de Santa Rita y Pichucalco, se inició la construcción de este puente que, unió los unió a través de una calle de enlace, que se abrió dentro de la huerta de San José.
Para lograr este propósito, el ayuntamiento adquirió de los frailes en 1897, una parte de la huerta; y al hacer el enlace de las interrumpidas calles 1ª a 3ª Calles de la Huerta de San José y la 1ª y 2ª Calles de Mercaderes a través del puente de las Lágrimas se formó la Calle de Gorostiza (hoy Poniente 5).
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La calle de Gorostiza fue terminada en 1899 y el puente, cuya construcción se inició en 1887, fue terminado en agosto de 1888. La primera piedra del puente, que lleva el nombre de Puente Camerino Z. Mendoza, fue puesta el 15 de septiembre de 1887 y, al ser terminado en época porfiriana, se bautizó con el nombre de Porfirio Díaz.
Como la obra del puente, conocido también como de la Placita o de San José, fue realizada con la fatiga y sudor de los presos de la ciudad, la voz popular lo llamó por eso “El Puente de las Lágrimas”.
Puente de San Antonio o del Molino de la Marquesa
El Puente de San Antonio que, en 1550 fue un pequeño y rudimentario puentecillo, fue levantado en 1720 y reconstruido en 1886. Tiene 45.5 metros de longitud.
En 1950, una gran avenida de agua lo arrasó desde sus bases y tres años después, el 28 de noviembre de 1953 se inauguró uno nuevo construido por el Municipio; el cual tuvo una nueva reconstrucción en 1968, con motivo del paso de la Antorcha Olímpica por Orizaba.
Puente de San Juan de Dios
Según viejas crónicas, los primeros españoles llegaron al valle de Ahuilizapan en 1519 y se asentaron cerca de la iglesia San Juan de Dios, alrededor del río, cuyo primer puente fue construido en 1650.
La construcción actual se debe al esfuerzo de quien fue párroco de san Miguel Arcángel, don José Nicolás Del Llano (1833-1849) quien, juntamente con el entonces jefe político don Manuel Segura, inició, concluyó y ornamentó la obra con un vistoso barandal de mampostería.
En 1863 y 1864, a causa de un serio desplome, se reforzó sólidamente la cortina Norte; y poco tiempo después, con la ayuda de los vecinos del barrio de san Juan de Dios, se aseguró todo el puente con tirantes de hierro. En 1875 se restauró nuevamente y en 1905 se le puso el barandal que hasta ahora subsiste.
Puente del Toro
El 1 de enero de 1873 se inauguró la obra del ferrocarril, en la que ingenieros mexicanos demostraron su ingenio y capacidad para salvar la barrera de 723 metros de altura de Boca del Monte, abriendo 16 túneles en las entrañas de la montaña para llegar a la Mesa Central y para brincar los barrancos de los ríos Orizaba y Metlac construyeron puentes que, a pesar de su antigüedad, aún causan asombro por su ingenioso diseño y resistente estructura.
Uno de ellos es el conocido puente sobre el río Orizaba conocido como Puente del Toro, por su cercanía con la antigua calle del Paso del Toro (Oriente 16). Este fue construido en 1857, para salvar un profundo barranco de más de 100 metros de extensión. Fue hecho totalmente de fierro sobre cuatro elevadas bases de cemento y piedra, con 71 metros de longitud y casi 6 metros de anchura.