Junto con 60 elefantes, Tikiri, a pesar de su notable desnutrición, fue obligada a participar en el Festival Esala Perahera, celebrado en la ciudad de Kandi, en Sri Lanka.
La fundación Save Elephant Foundation fue quien denunció el maltrato animal del que Tiikiri, de 70 años, ha sido sometida tras ser obligada a participar en el evento pese a su estado de salud.
Asimismo aseguró que el estado de salud de Tikiri no se podía percibir en el desfile por un disfraz que llevaba puesto.
"Nadie ve su cuerpo óseo o su condición debilitada, debido a su disfraz. Nadie ve las lágrimas en sus ojos, herido por las brillantes luces que decoran su máscara, nadie ve su dificultad para pisar ya que sus piernas son cortas y están encadenadas mientras camina".
También señaló que "el budismo nos enseña a tener misericordia y no a invasión a los demás, pero el elefante es forzado en esta condición… va contra el catecismo que creemos. La verdadera bondad es mirar todas las vidas, significativas e iguales".