Orizaba, Ver.- La muerte y los rituales que le rodean son temas que no terminan por entenderse, la ciencia se muestra incrédula aún con sus avances, mientras que por costumbre en los pueblos de nuestro país se acepta con el respeto que merece.
Y es que mucho se habla de los muertos cuando se niegan a “partir” para abandonar este mundo, pero pocos lo creen, así que en esta ocasión contactamos a doña Martha, quien a sus 82 años se dedica a vestir difuntos y nos contó su experiencia.
Doña Martha dice que fue debido a un trágico accidente, el cual le arrebató a una hija de 3 años, que empezó a vestir difuntos con la prenda que llevarán a su última morada.
Conocida como Tía Martha o Marthita, la maquillista dice que cuando hay una persona fallecida acuden a ella para vestir el cuerpo.
“La gente tiene miedo, pero no hay porque tenerles miedo, al contrario, debemos ayudarlos a partir”, dice la entrevistada, quien tiene varios años realizando esta actividad.
Doña Martha nos contó que en una ocasión le tocó vestir a un joven, murió atropellado en una de las arterias más transitadas del pueblo y era hijo único de una madre soltera.
"Derramó una lágrima cuando empecé a rezarle": Doña Martha se conmovió vistiendo el cuerpo de un fallecido
“Lo fui a vestir y desde que lo vi me impresionó como me miraba, sus ojitos estaban abiertos y por más que le cerraba sus párpados se abrían, parecía que quería decir algo”, recuerda la mujer.
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“Lo recosté en mi pecho, empecé a rezarle y a decirle que se fuera en paz, que quedara tranquilo, que no se preocupara por su mami porque ella tenía que seguir viviendo y de alguna forma superaría su partida”, describe.
“Entonces pasó algo que le aseguró me conmovió, de la orilla de su ojito salió una lágrima y su cuerpo se aflojó para vestirlo bien fácil”, señala doña Martha.
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Criada en medio de las viejas costumbres, la mujer de la tercera edad dice que al difunto siempre le ponen la ropa que más le gustaba o usaba, si tiene alhajas también, a una mujer la maquillan y hay quienes les ponen su traje de novia.
Eso sí parten con huaraches que les hace con hojas de palma bendita, esa que es bendecida en el Domingo de Ramos, y que, según las creencias de antepasados, ayudan al alma de la persona fallecida, a caminar en la adversidad.