La adrenalina, el riesgo y la exploración de lo desconocido han formado parte de la vida de José Luis Yáñez García, especialista en deportes de alto riesgo que hoy es reconocido como un personaje xalapeño.
Con 68 años de edad, tiene entre sus satisfacciones haber revelado la existencia de túneles y pasadizos en el centro histórico de la capital del estado veracruzano, aunque esa información le haya costado en su momento haber sido señalado de loco por estudiosos y científicos.
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Además de haber recorrido los túneles en tiempo en el cual no había la tecnología de hoy, fue de las primeras personas en ingresar a la Cueva de la Orquídea y solicitar la abrieran a la población, pues solo era utilizada como tiradero de basura y animales muertos.
Alpinismo, escalada en roca, buceo en zona de arrecifes, exploración de cavernas en Veracruz y en el país han hecho de la vida del xalapeño un sube y baja de emociones donde el miedo ha quedado opacado ante el espíritu aventurero.
“Sí me daba miedo, el natural, el foco rojo que nos dio Dios para no alocarnos tanto”, expresa el espeleólogo, estudioso de las cavidades naturales del subsuelo.
Algunas de las anécdotas de José Luis
En plática en Diario de Xalapa, el hoy guía de Legión Cóndor, grupo de montañismo y escalada, comparte anécdotas de sus visitas a grutas, cavernas, túneles y montañas.
Sus características físicas, considera, le ayudaron en su juventud a que fueran más fáciles sus expediciones. Con sus 1.60 metros y 60 kilogramos, podía pasar por lugares recónditos.
¿Qué hallaba en estas travesías? Temperaturas extremas, murciélagos y pequeños seres vivos que se acostumbran a estar en la completa oscuridad. Eso sí, apunta José Luis, en su caso, nada sobrenatural, ni fantasmas ni ruidos que no tuvieran explicación.
Con orgullo, dice ser cien por ciento xalapeño, nacido en la céntrica calle de Belisario Domínguez. El mayor de cinco hermanos y padre de dos hijos rememora que fue a los 18 años cuando inició su historia como deportista extremo.
Aunque ahora las grutas de Rancho Nuevo en San Cristóbal son de fácil acceso al ser un atractivo turístico, él afirma haberlas recorrido con los riesgos que conllevaba.
También cuenta haber estado en las minas abandonadas en Pachuca y Zacatecas, en las grutas de Guerrero y en las de Apazapan, a más de 40 grados centígrados.
Subió tres veces el Pico de Orizaba, recorrió el subsuelo de Tlacolulan y las cuevas de Pinoltepec, a poco más de 300 metros y 20 metros de desnivel, solo por mencionar algunos sitios.
Entre sus pendientes, dice, hay uno que por la edad ya no podrá concretar: conocer la Cueva del Arco en Las Vigas de Ramírez, en la zona de Volcancillo. Comenta que sí la buscó con un equipo de varias personas, pero no la encontraron.
Impulso a nuevos deportistas
Actualmente, José Luis Yáñez brinda orientación a grupos de nuevos deportistas y pasa días más tranquilos al lado de su esposa Dora Laura, con quien está a punto de cumplir 42 años de matrimonio y una vida en pareja en la que ella, al principio con renuencia pero después con gusto, se unió al grupo de exploradores.
A los interesados en la espeleología, Yáñez les recomienda siempre ir con linterna y casco, baterías extra, una linterna de repuesto y hasta vela. También suficiente agua y suero oral.
A solo unos días del hallazgo de oquedades utilizadas para drenajes pluviales en la céntrica calle de Revolución y que datan de finales del siglo XIX y principios del XX, el espeleólogo considera que es tiempo de retomar el tema de los túneles y pasadizos.
Sugiere que sean declarados Patrimonio Histórico con el fin de que no los destruyan y puedan ser un atractivo turístico, tal y como sucede en Cholula, Pachuca y Guanajuato. “Que en Xalapa ya no estén bloqueados”, declara.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa