Existen diversas leyendas, historias y mitos que nacen de la voz popular y que se mantienen a través del tiempo porque van pasando de boca en boca, ya sea por curiosidad o porque realmente se cree en los detalles que se cuentan.
Hay leyendas de romances, traiciones, mentiras, lecciones a personas que obraron mal y también sobre advertencias, pero lo que comparten en común es un elemento paranormal o sobrenatural, donde las apariciones suelen ser protagonistas.
En la zona de las Altas Montañas existen justamente diversas leyendas que tienen su origen en algún suceso real, y que los pobladores mantienen vigente. Debido al clima serrano con árboles altos y algunas zonas con neblina, las historias de apariciones suelen ser comunes.
En esta ocasión queremos compartirte una de las que más cuentan lugareños de los municipios de las Altas Montañas, se trata de la leyenda de La Curva del Diablo.
¿De qué trata la leyenda de La Curva del Diablo?
Esta leyenda tiene como escenario la carretera que comunica a Orizaba con Zongolica, se trata de un camino sinuoso con muchas curvas cerradas y una detrás de otra. Aunque a medida que transitas por ella hay hermosos paisajes que quedan a la vista del viajero, también tras alguna curva cerrada sale al paso algún voladero que da la sensación de perder el dominio del volante.
Son muchos los accidentes que han ocurrido en esta carretera, y no son pocos los casos que han terminado en la lamentable muerte de conductores e incluso pasajeros. Esto ha originado que poco a poco hayan comenzado las historias de apariciones misteriosas.
Uno de los casos que se comentan es que en una ocasión, en temporada de invierno que es cuando la neblina baja a cualquier hora del día y da al paisaje una sensación de ensueño y hace más difícil la visibilidad del camino, a tal punto que muchas veces solo puede verse el camino a medida que vas avanzando, un camión repartidor de refrescos tenía que subir a Zongolica a dejar producto, pese a cómo se encontraba el clima ese día.
Al ir por la carretera, el conductor y el acompañante del camión de refrescos se dieron cuenta que atrás de ellos venía un autobús que le venía haciendo señas para que se detuvieran; después de pensarlo un poco se orillaron en un recodo del camino.
Entonces del autobús bajaron varias personas, quienes le explicaron que las luces del camión no servían y dado lo denso de la neblina no podían ver bien, por lo que le pedían a los repartidores de refresco que si les permitían irlos siguiendo para no errar el camino, a lo que accedieron. De esta forma ambos vehículos emprendieron el camino hacia Zongolica. El chofer del camión de refrescos procuraba ir a velocidad reducida para que los de atrás pudieran seguirlo de cerca. Justo más adelante llegaron al punto conocido como La Curva del Diablo.
Esta curva para muchos es vista como una especie de columpio o una “U” muy pronunciada, por lo que al llegar a ese punto el repartidor de refrescos bajó la velocidad para pasar con precaución, consciente de que es peligrosa y ha sido escenarios de diversos accidentes mortales.
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Sin embargo, para sorpresa del repartidor, justo cuando pasó por la parte de columpio, vio por el espejo retrovisor que el autobús que los seguía había desaparecido. Más adelante se bajaron entre sorprendidos y atemorizados, y buscaron al autobús por los alrededores, pero éste no volvió a aparecer. Los refresqueros abordaron su unidad y se enfilaron hacia Zongolica.
Al llegar a la tienda donde tenían que surtir el producto, le comentaron al dueño lo que les había pasado, y que incluso tenían dudas de lo que vivieron, pensado que tal vez había sido alguna especie de sueño lúdico. Entonces el tendero les dijo que lo que vivieron era real, y les habló de un accidente ocurrido hacía muchos años en La Curva del Diablo, donde un autobús, igual al que habían descrito, se había accidentado, y ninguno de los que iba a bordo había sobrevivido. Desde entonces, cuando las condiciones del clima eran como las de aquella vez o se acercaba la fecha del accidente, no eran pocos los que habían logrado cruzarse con el autobús fantasma de La Curva del Diablo.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que transites la carretera de Orizaba a Zongolica, mucha precaución en La Curva del Diablo y hay que ir atento, porque puedes ser protagonista de la próxima aparición de ese autobús fantasma.