Orizaba, Ver.- El Palacio de Hierro de esta ciudad cumplió 130 años, recordó Armando López Macip, historiador. Dijo que dicho edificio no tiene nada que ver con Gustave Eiffel, dueño de la empresa que hizo la famosa torre que lleva su apellido para la exposición de París, de 1889, que conmemoraba el centenario de la Revolución Francesa.
“No hay relación con nuestro palacio de hierro que viene de Bélgica. Hay una sociedad, Verhaegen et Jaguer, que son los que originalmente hicieron el proyecto, y fue finalmente una sociedad francesa, por medio de la cual se hizo la compra”, añadió.
Señaló que el edificio se compró desarmable para poderlo instalar en la Plaza de Armas de la ciudad de Orizaba, que estaba frente a la Casa de Gobierno, que era la Casa Consistorial, lugar donde permanece.
Agregó que ese tipo de edificios no es único en el mundo. “Existía este tipo de edificios en Bélgica y, compraron uno para nosotros, sí es único porque es el único que hay en todo México”, señaló en entrevista.
Dijo que se interesó mucho en la historia de ese edificio, pues ahí tuvo su oficina cuando fue director de Cultura durante cinco años y medio; y toda la información que le llevó años investigar la plasmó en el libro "Orizaba y sus Palacios de Gobierno".
“Me dediqué a buscar información en el Archivo Municipal que tiene un expediente con todos los trámites. Te puedo decir que el alcalde era Julio M. Vélez que, en 1889 junto con su Cabildo tomó la decisión de instalar un nuevo palacio, porque el que tenían ya era insuficiente. Para esto tomaron como modelo el Mercado de Hierro que existía en lo que ahora es el Mercado Melchor Ocampo, que habían comprado a la misma compañía de Bélgica y, les había prestado el dinero don Manuel Carrillo Tablas, que era un hombre muy rico que prestaba dinero con réditos, era usurero”, aseguró.
Al ver que si funcionó, agregó en la entrevista, enviaron a don Ángel Vivanco, orizabeño que era agente en México de la empresa Verhaegen et Jaguer, de Bruselas, Bélgica.
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Él representaba a esta compañía que fabricaba trapiches para los ingenios, aparatos de la industria del azúcar; además, era dueño del ingenio de San Antonio, Jalapilla. En representación del gobierno de Orizaba hizo un contrato por 245 mil francos belgas que equivalían a 72 mil pesos en plata, “o sea que nuestra moneda era más fuerte que el franco belga, estamos hablando de 1889, que es cuando se hicieron los trámites”, acotó.
El Palacio llegó hasta 1892 y se tardaron dos años en armarlo, pues al escarbar encontraron agua y tuvieron que hacer unos pilotes. “Les quedó muy bien, porque hasta la fecha ahí está”.
Teatro Ignacio de la Llave, empeñado por el Palacio
De los 72 mil pesos se planeó un financiamiento mediante un préstamo de 60 mil pesos que solicitarían a don Manuel Carrillo Tablas, 10 mil que pondría el gobierno del Estado y 2 mil que pondría el Ayuntamiento de Orizaba y la deuda se le quedaba al municipio, destacó.
“Tuvieron primero que tener autorización del Jefe Político del Cantón, porque Julio M. Vélez era alcalde de Orizaba, pero sobre él había otra autoridad que era el Jefe Político, en ese tiempo era don Manuel Acevedo”, agregó.
Tenían que pedir permiso también al gobierno del Estado, pero el trámite tardó porque el entonces gobernador, Juan de la Luz Enríquez tuvo una muerte repentina el 17 de marzo de 1891 y fue hasta que le sucedió don Leandro Alcolea, gobernador interino, que se concretó el trámite.
Finalmente consiguieron que se les dieran los 10 mil pesos y don Manuel Carrillo Tablas prestó los 60 mil a un plazo de 20 años con un interés del 6.5% anual y bonos anuales de 2 mil pesos en siete primeros años, de 3 mil en los siguientes años y de 4 mil en los últimos siete años, quedando facultado para aumentar uno o 2 mil pesos, en los abonos que le convinieran.
“Si le pagaron o no, es la duda, porque en 1910 comenzó la Revolución y, para entonces sólo habían pasado 12 años; y, si hicieron la cuenta para 20 no sé si durante los ocho años que siguieron y hubo Revolución le pagaron o no, porque además don Manuel Carrillo Tablas murió; claro, las deudas se heredaban y sus herederos pudieron haber cobrado la deuda”.
Verhaegen et Jaguer es la compañía que lo puso en el puerto de Amberes, en tres barcos, sólo que calcularon mal porque hicieron la entrega en Veracruz. Lo que no presupuestaron aquí fue el traslado de Veracruz a Orizaba; entonces el gobierno tuvo que hipotecar el Teatro Ignacio de la Llave para con ese dinero, financiar el traslado, relató.
El Palacio llegó en tres barcos: el vapor París, el vapor Avre y en el vapor Vala. El Palacio fue inaugurado el 15 de septiembre de 1894.
“Quien lo armó aquí fue Arturo B. Coca, un hombre muy hábil que se encargó del montaje y tuvo que hacer trabajos en la cimentación, porque apenas escarbaban y encontraban agua; tuvieron que hacerlo con mucho cuidado y se llevaron mucho tiempo”.
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¿Qué usos tuvo el Palacio de Hierro?
Este edificio se le dieron varios usos. Fue Palacio Municipal hasta 1991, cuando el presidente Isaías Rodríguez Vivas convirtió el edificio que conocen los orizabeños como el CEO (Centro Educativo Obrero), en Palacio Municipal y se trasladaron los poderes. Entonces el Palacio de Hierro entró en un proceso de restauración, hasta que a finales del año 2000 lo reinauguraron. Se llevaron ocho años en restaurarlo, en los gobiernos de Armando Ruiz Ochoa, Tomás Trueba y Ángel Escudero”.
Desde ese entonces se instaló en ese lugar el Gran Café de Orizaba, las oficinas de Turismo y el Museo de la Cerveza; poco a poco se fueron implementando museos. Recordó que había una biblioteca donde ahora está el Museo de Fútbol.
Por último, Armando López Macip subrayó que el uso que se le da es el adecuado y el edificio está bien cuidado. Ahí, dijo, despachó alrededor de cinco años y medio como director de Cultura.