Orizaba, Ver .- A 4 mil 100 metros de altura sobre el nivel del mar, en el Pico de Orizaba, se ubica el nicho donde los restos de Citla, "El Ángel de la Montaña" descansan en la eternidad, el pasado sábado 28 de septiembre, alpinistas y amigos del cuidador del can conmemoraron siete años de su partida.
De acuerdo a los datos dados por Hilario "jefe Layo" Aguilar, Citla nació cerca del Gran Telescopio Milimétrico y vivió solita en el Pico de Orizaba, donde sobrevivió gracias al alimento que los alpinistas le daban, nombrándole "el perro de las nieves", para luego ser conocido como "el ángel de la montaña".
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Tiempo después, Citla fue "adoptado" por Layo Aguilar, donde cada mañana antes de salir el sol se colocaba a lado de una piedra, donde emocionado esperaba la visita de los alpinistas. Con su partida al cielo, esa piedra se volvió su casa en el descanso eterno.
Citla, fue conocido por rescatar, orientar y guiar con sus ladridos a los alpinistas y excursionistas que por razones de desorientación o naturales como tormentas de nieves y lluvia, se perdían, el can con su conocimiento de los senderos y caminos de la montaña del Pico de Orizaba, los ayudaba a llegar a la base, guiándolos al sitio.
Cabe hacer mención que Citla, poseía la habilidad de ser el "excursionista" más hábil pues ascendía la cumbre a 5 mil 630 metros de altura sobre el nivel del mar.
A siete años de su partida, a través de redes sociales, Hilario "Layo" Aguilar anuncio en sus redes sociales que la tumba del ángel de la montaña había sido compuesta, pues este domingo a las 8:00 de la mañana iniciaría el ascenso a la montaña.
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Realizan homenaje a Citla "El Ángel de la Montaña"
En el sitio, flores amarillas y blancas hechas de fomi, adornaron su tumba, esto en espera de que sus amigos, fans y quienes convivieron con él, llegaran a platicar experiencias varias que solo los alpinistas guardan en su memoria.
Fue el viernes 27 de septiembre, cuando Layo Aguilar público en redes sociales un mensaje a todos aquellos que conocieron al can para subir a la montaña, donde al pie de su tumba se sentarían a recordar la historia del ángel de la montaña, además de compartir alimentos.
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Dentro del texto se hizo hincapié de llevar ropa abrigadora como chamarras especiales, impermeable, guantes y comida para compartir luego de la visita.
Fueron dos puntos de salida los que este domingo reunieron a alpinistas, siendo uno la ciudad de Orizaba y Ciudad Serdán.
Cabe destacar que entre los asistentes se rifo un libro que cuenta la historia de Citla.
