¿Espejos negros?, ¿prismas donde la luz se reflejaba? Estos y otros descritos se han vuelto populares en la región luego de varias décadas debido a la presencia de minas de obsidiana en Pico de Orizaba.
Pocas personas están familiarizadas con las historias sobre los supuestos túneles que antiguos pobladores llamaban “de cristal” y cómo fueron explorados en los años 80’s; a través de un documento publicado por la Revista INAH se puede conocer que la mina de obsidiana del Pico de Orizaba “es un lugar privilegiado para la investigación de uno de los procesos de minería prehispánica más especializado y de las primeras fases de la manufactura de núcleos prismáticos”.
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¿En qué zona del Pico de Orizaba se encuentran las minas prehispánicas?
De acuerdo con los arqueólogos especialistas en estudios de obsidiana, Alejandro Pastrana y Hernando Gómez Rueda las minas se sitúan a 8 kilómetros hacia el norte de la Cumbre del Citlaltépetl; los materiales arqueológicos cubren una extensión de 15 hectáreas aproximadamente.
De la exploración realizada hace al menos tres décadas (1988) se menciona que había siete bocaminas abiertas con acceso “relativamente fácil” y tuvieron la teoría de que habría otras cinco pero ya cubiertas por los derrumbes.
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“En unos se puede avanzar de pie, pero casi todos los demás son bajos, tanto, que en ciertos puntos hay que avanzar a gatas y solo en tramos cortos se puede uno incorporar. Tales condiciones, cuando las piedras que cubren el piso, las paredes y el techo son afiladas y agudos los cristales, hacen que, a pesar de todo el cuidado que tengamos, al salir a la luz del día, que tenemos las manos cortadas, la cabeza sangrando o la ropa rasgada. En ocasiones ni una gruesa indumentaria nos salva de cortadas en la piel” describen los investigadores al hablar de las minas.
De hecho, el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Robert Cobean afirma que la obsidiana fue el acero prehispánico; al interior de los túneles se localizaban restos de madera y evidencias de extracción que consisten en escaleras -troncos con escalones labrados-, palancas, restos de posibles cuñas y fragmentos de “piñas” de pinos quemados para la iluminación.
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Los llamaban túneles de cristal por el tipo de materiales que resguardan. Las culturas prehispánicas usaron los yacimientos de obsidiana para crear herramientas y generar comercio. Hoy día la exploración de este sitio es reducida debido a derrumbes y erosión en grado mínimo, pero el lugar sigue intacto, de hecho, lo han convertido en un lugar para acampar.
“El origen del yacimiento de las minas del Pico de Orizaba es poco probable relacionarlo con el desarrollo del estrato-volcán actual ya que este está constituido principalmente por materiales de composición adesítico-dacíticas emitidas en un periodo reciente que se inició hace aproximadamente 15 mil años. Es factible relacionar la emisión de flujos ignimbríticos que originó la obsidiana en esta zona” concluye el documento.
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