Desde tiempos inmemoriales, el papel ha sido fundamental en la transmisión del conocimiento, además de ser clave en las comunicaciones. Libros, revistas, periódicos, documentos, cuadernos…; vivimos en un mundo que utiliza el papel para muchísimas actividades.
Para las culturas mesoamericanas, la clave para la comunicación fue el papel amate, de hecho los códices prehispánicos fueron realizados con este papel. ¿Pero qué es el papel amate y qué rol juega en la vida económica y cultural de México?
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A ciencia cierta, se desconoce el sitio de origen del papel amate, sin embargo, se sabe que en diversas comunidades mesoamericanas lo utilizaban para sus registros.
Con él crearon sus códices, que eran manuscritos en los que expresaban su sabiduría, aunque su principal uso fue en la elaboración del “Tonalamatl”, que eran los libros que contenían la cuenta de los días y la historia de dioses, guerreros y gobernantes.
Los guardianes del papel amate
Los artesanos indígenas otomíes han sido claves en el mantenimiento de esta tradición ancestral del papel amate, cuyo uso hoy se ha extendido para fines artesanales y decorativos.
El papel, hecho de la pulpa de la mora, se produce en una sola región: en la comunidad otomí de San Pablito, municipio de Pahuatlán, Puebla. También, aunque en menor escala, solo para usos rituales, en comunidades de Texcatepec y Chicontepec, en el estado de Veracruz.
La palabra amate deriva del náhuatl “Ámatl”, que significa árbol de higuera y papel, y se refiere al papel elaborado con la corteza interna de los árboles de la familia de los Ficus, el más común el jonote. La corteza se recoge de preferencia durante la primavera y cuando la luna está “tierna”, lo que facilita el trabajo y daña menos a los árboles.
De acuerdo con artesanos indígenas, la corteza se hierve durante ocho horas en agua con ceniza y cal, y cuando la fibra está suave se enjuaga varias veces en agua limpia hasta eliminar los residuos de ceniza y cal.
El papel se hace en una tabla de madera en la que se extiende una capa de fibras que son golpeadas con una piedra para fusionarlas. Entre los nahuas de Chicontepec, Veracruz, en lugar de las piedras usan otates de maíz quemados al fuego.
Hoy en día la fabricación del papel amate se ha convertido en uno de los grandes impulsos de la artesanía y el turismo.