Los preparativos para las fiestas patrias ya están casi listos para muchas familias, quienes eligieron los platillos, los adornos, las bebidas, los invitados, pero ojo, ¡que no se te pase el postre!
Aunque lo principal es el platillo, que para muchos será el delicioso pozole o chiles en nogada, la verdad es que el postre no puede faltar en la mesa; y es que, aceptémoslo, el mexicano siempre tiene un lugarcito para el postre, es más, todos conocemos el dicho de que el postre siempre cabe porque no va en el estómago, va en el corazón.
Si de postres mexicanos se trata, nuestra gastronomía también nos da un amplio abanico de posibilidades: churros, arroz con leche, capirotada, cocadas, jericallas, entre muchas opciones más. Sin embargo, en esta ocasión queremos compartirte la receta de uno de los favoritos de los paladares mexicanos y con gran historia: los buñuelos.
¿Cuál es el origen de los buñuelos?
Los buñuelos son tradicionales de México y vienen desde el tiempo de la Colonia, en cada estado se le llama de diversas formas y se modifica algún ingrediente, pero siempre guardando la receta original.
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Por ejemplo, en Tabasco y el sur de Veracruz se les conoce como torrejas y son rectangulares, un poco suave en el interior, pero bien doradas por fuera. En Chiapas le dan un toque de naranja, en Chihuahua se acompaña de queso, y en Baja California sur le añaden dulce de guayaba con piloncillo.
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Sin embargo, este delicioso postre, que es muy consumido en las fiestas decembrinas con un delicioso ponche, tiene un origen lejano y remoto, ¿qué tanto? Según la página de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el origen del buñuelo puede ubicarse hasta dos mil años atrás, en Turquía, Marruecos y Egipto.
Según los registros, es en aquellos países donde el buñuelo nació y se consumía como pequeñas bolitas de masa frita y cubiertas con miel. Con el tiempo esta receta emigró a España, y llegó a nuestro país durante la época de la Colonia.
En el México colonial, los buñuelos se preparaban en los conventos y de ahí salieron a las calles, donde poco a poco el pueblo se apropió de ellos.
Un dato curioso es que la brillante poeta Sor Juana Inés de la Cruz realizó un recetario, donde plasmó diversas muestras de la cocina novohispana del siglo XVII; entre las recetas estaba, claro, la de los buñuelos de queso.
Receta de buñuelos
Los buñuelos es un postre con diversos pasos pero, en realidad, es fácil de hacer; te aconsejamos que primero vayas por todos los ingredientes y los hagas con suficiente tiempo, sin presiones, para que queden deliciosos.
Toma nota, van primero los ingredientes:
2 tazas de harina de trigo (la cual deberás cernir)
3 cucharaditas de polvo para hornear
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de sal
½ taza de mantequilla fundida
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4 huevos batidos
1 ¼ taza de leche
2 tazas de aceite para freír
¾ de taza de azúcar
2 cucharadas de canela en polvo
Manos a la obra. Primero en un tazón mezcla la harina, el polvo para hornear, el azúcar y la sal; después agrega la mantequilla, los huevos y la leche; todo hay que irlo incorporando lentamente sin dejar de batir y seguir haciéndolo hasta que quede una masa suave.
Prepara una mesa o superficie lisa, espolvorea un poco de harina porque ahí trabajarás con la masa, la cual irás dividiendo en pequeñas bolitas, después barnízalas con aceite, tápalas con un paño o plástico limpio y déjalas reposar 20 minutos.
Una vez que pase este tiempo, pon a calentar en una olla profunda suficiente aceite, hasta que esté listo para freír.
Mientras se calienta, comienza a aplanar las bolitas de masa con un rodillo o ayúdate de una prensa para hacer tortillas, la intención es que queden redondas y aplanadas.
Una vez listo el aceite, ve colocándolas una por una (esto depende del tamaño de tu olla) y fríelas hasta que queden doradas, las vas retirando y colocando en papel absorbente para evitar exceso de aceite.
Aparte mezcla en un tazón azúcar con canela molida; usa esto para espolvorear tus buñuelos, y estarán listos para disfrutarse como un rico y tradicional postre para esta noche patria. Un tip adicional: Puedes acompañarlos con trocitos de queso fresco o panela, verás la diferencia. ¿Te animas?
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