Orizaba, Ver.- Tras dos años de pandemia y encierro provocaron en la población, principalmente en los niños, ansiedad y estrés,y es ahora cuando poco a poco se retoman las actividades normales, que requieren atención psicológica para superar las secuelas de la misma, declara Hugo Chahín Kuri, presidente del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Orizaba.
El funcionario señala que lo que se incrementó fue la atención por trastornos de ansiedad derivados de los efectos del encierro por la pandemia, así como por un incremento en casos de violencia intrafamiliar.
Quienes más solicitan ese tipo de apoyo, apunta, son padres de familia preocupados porque sus hijos con esa problemática y también con problemas de lenguaje reciban la ayuda necesaria para superarla.
Por este tipo de problemas de salud mental, los psicólogos del DIF brindan un promedio de 250 consultas al mes, muchas de ellas son de seguimiento a los casos que tienen en tratamiento, ya que hay pacientes que acuden a tratamiento dos o tres veces a la semana.
Dijo que la atención se incrementó este año porque las familias que permanecieron encerradas por más de dos años, tratan de incorporarse nuevamente a sus actividades, pero con el temor y estrés que genera la posibilidad de enfermar, pues la pandemia aún no termina y se deben seguir manteniendo los protocolos de salud. “Comienzan a surgir los estragos y consecuencias por el encierro de la pandemia misma”, remarca.
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Esta realidad que se podría vivir por algunos años más, los psicólogos de DIF presentaron a jóvenes que estudian psicología, a quienes recomendó estar muy atentos a la salud mental de sus futuros pacientes. “Les presentamos nuestras experiencias con esta pandemia para que ellos las analicen, entiendan y aprovechen en lo futuro porque la que estamos atravesando es una situación inédita que dejará secuelas en muchas personas, y tendrán que ayudarlas a que las superen”, concluyó.