Xalapa, Ver.- Ante el aumento de la ira, la hostilidad y la violencia, especialistas exhortan a la población a cuidar la salud y estabilidad mental pues, entre otras consecuencias, aumentan la probabilidad de afecciones cardíacas.
Un primer paso para generar un mejor entorno, indican, es aprender a identificar las emociones propias, hablar claramente de ellas y tener relaciones interpersonales sanas. “Cuando sabemos qué emociones nos invaden, podemos hablar claramente sobre nuestros sentimientos, evitar o resolver mejor los conflictos y superar los sentimientos difíciles con mayor facilidad”, declaran.
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¿Qué provocan en el cuerpo el enojo, la ira y la hostilidad?
En una relación, sin importar si es romántica, laboral, familiar o de amistad, poner límites sin alzar la voz, con acciones y responsabilidades propias antes que las de los demás, es algo fundamental, explica el psicólogo Jaime Gama.
El médico Arturo Martínez Salazar explica que el enojo, la ira y la hostilidad constantes mantienen la presión arterial alta con mayor probabilidad de desarrollar otros problemas de salud, entre ellos la depresión y afecciones cardíacas.
Palpitaciones, dolor u opresión en el pecho y dificultad para respirar son alguna de las consecuencias que puede tener una persona con muchas emociones negativas, detalla.
Ante estos cuadros, recomienda pedir ayuda médica con el fin de atender lo físico, acudir con psicólogo para manejo de emociones negativas y evitar más efectos nocivos, especialmente en lo cardiovascular.
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Enfatiza que además de cambio en el estilo de vida, como dieta saludable y ejercicio, es necesario autoevaluarse y, de ser necesario, recibir acompañamiento, terapia y aprender técnicas de autocontrol emocional.
Si es necesario diagnóstico psiquiátrico, no es el médico general quien lo decide sino el psicólogo, por eso subraya la importancia de estos profesionales de la salud mental.
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¿Cómo poner límites a situaciones?
En programa coordinado por la Conasama, el psicólogo Jaime Gama se refirió específicamente a los límites en las relaciones, un tema que ha llegado incluso a los memes.
Un límite, puntualiza, no es decir “no me puedes hablar así” o “no me puedes tratar así. Un límite es una acción que realizo para cuidarme yo, sin la participación de otras personas, declara.
“Un límite es diferente a las reglas y a los acuerdos. Si yo pido que alguien no me hable así, la otra persona está en posibilidad de seguir haciéndolo o terminar la relación. Un límite es decir yo no participo en discusiones en las que se levanta la voz y realmente cumplirlo”.
Enumera dos tipos de límites: “rígidos, que cuidan pero no logran la conexión con otras personas, y firmes y amorosos, que me cuidan y cuidan la relación con los otros”.
Advierte que en el caso de los rígidos, no es que sean malos pero si hay un exceso pueden llevar al aislamiento. Sugiere pensar en el contexto y qué tipo de compromiso se asume con la otra u otras personas.
“Mis limites varían por relación de acuerdo con el compromiso que quiero. No todos los límites terminan con un me voy”, indica.
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Una salud mental adecuada, puntualiza el psicólogo, es fundamental para afrontar los problemas de la vida cotidiana, pues en un estado de bienestar se puede hacer frente a los momentos de estrés de la vida.
También, añade, se pueden desarrollar todas las habilidades para aprender y trabajar adecuadamente, al mismo tiempo que se contribuye a la mejora de la comunidad.
Nota publicada en Diario de Xalapa