Tejedora de la Sierra de Zongolica, entre el telar de cintura y los colorantes artesanales

La artesana Elvira Romero señala que cada pieza que elabora es fabricada con lana de borrego, por lo que son prendas ideales para esta época otoñal e invernal

Alma Quiroz / Diario de Xalapa

  · domingo 27 de octubre de 2024

Elvira Romero, de 40 años, expone que mantener oficios que son parte de la cultura ancestral de los pueblos indígenas es un orgullo para su familia | Foto: René Corrales / Diario de Xalapa

Con telar de cintura, un instrumento que se utiliza desde la época prehispánica, Elvira Romero Rosas, originaria de Sierra de Zongolica, elabora suéteres, capas, guantes de lana de borrego; cada prenda le lleva mínimo dos meses de trabajo artesanal pasando desde el proceso de obtener los colorantes naturales hasta el tejido.

Telar de cintura, ¿cómo son elaboradas las prendas en este instrumento y de qué forma obtiene los colorantes naturales?

En entrevista, la artesana señala que cada pieza que elabora es fabricada con lana de borrego, por lo que son prendas ideales para esta época otoñal e invernal, ya que son calientitas.

Sobre el oficio de tejer lana, explica que lo aprendió desde muy pequeña de su madre, quien a lo largo de varios años le mostró los secretos de este arte ancestral.

Su trabajo artesanal, expone, lo hace en un telar de cintura con el que elabora distintas indumentarias. Como tejedora indígena veracruzana, comenta que es un orgullo mantener vivas las tradiciones textiles de la región de Zongolica y Soledad Atzompa.

Con orgullo muestra cada uno de los chales, rebozos, suéteres, bufandas, guantes y sandalias de lana de borrego y que fueron pintados con colores naturales que trabajó su familia. “Los tintes naturales los sacamos de las flores, hierbas y raíces de nuestra comunidad”, dice.

Elaborar cada indumentaria le lleva mucho tiempo, es un proceso que es complicado y detallista, porque es único.

Elvira Romero, de 40 años, expone que mantener oficios que son parte de la cultura ancestral de los pueblos indígenas es un orgullo para su familia, “porque es algo que llevamos en la sangre y con nuestras manos hacemos arte”.


Un chal, para mujer, le lleva 3 meses de trabajo arduo, porque implica obtener la lana y tintes naturales y finalmente tejer en el telar de cintura, que es la parte que más disfruta. Igual trabajo le implica hacer un suéter de caballero, aunque en ese caso lo teje con agujas que son una técnica, no menos importante, pero sí más rápida para terminar las prendas.

El oficio de tejer lana lo aprendió desde muy pequeña de su madre, quien a lo largo de varios años le mostró los secretos de este arte ancestral | Foto: René Corrales / Diario de Xalapa

También elabora rebozos que tiene en varias tonalidades, desde el color natural que es claro hasta los rasados y negros que son colores que gustan mucho a las personas. Los rebozos también están hechos en telar de cintura.

Los diseños, los va sacando basados en lo que más vende en los mercados de artesanías. Tiene capas y suéteres desde 700 pesos y algunas calcetas de 100 pesos, de lana que son ideales para esta época porque calientan los pies. Tiene calentadores, calcetines, guantes y gorros para bebé.

Expone que vivir de su trabajo es algo que la enorgullece y que le agrada que la gente aprecie sus piezas, “lo único que no me agrada es que hay quienes regatean nuestro trabajo, a veces quieren que le bajemos el precio, pero creo que cuando de verdad observan lo que se van a llevar, optan por pagarlo porque saben que son piezas únicas y artesanales”.


Elvira Romero vende sus prendas en los bajos del Palacio de Gobierno, junto a otros artesanos veracruzanos.

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Nota publicada en Diario de Xalapa