Ingenieros militares alertan que cada 16 de septiembre queda demostrada la incompatiblidad entre el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y la base aérea de Santa Lucía, cuando, como ocurrió ayer, el primero dejó de operar varias horas para permitir a la Fuerza Aérea Mexicana participar en la celebración patria.
El Colegio de Ingenieros Militares Teniente de Ingenieros Juan de la Barrera forma parte de la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros, una de las tres agrupaciones que el 5 de septiembre entregó a Javier Jiménez Espriú, el próximo secretario de Comunicaciones, un dictamen sobre la posibilidad de continuar el proyecto en Texcoco o la habilitación de la base militar de Santa Lucía como aeropuerto comercial para que opere de manera simultánea con la actual terminal de la Ciudad de México.
“Coincidimos con el dictamen de MITRE, organización de investigación y desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación, cuyo origen es el Instituto Tecnológico de Massachusetts (…) La operación aérea simultánea de los dos aeropuertos, el actual Benito Juárez y la ampliación de dos pistas en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, no es viable”.
La inviabilidad “se demuestra el 16 de septiembre de cada año, cuando el AICM deja de operar varias horas para permitir la participación de la FAM en la celebración patria”.
Santa Lucía, señala, es una base estratégica para actuar en casos de emergencia, Plan DN-IIIE y cualquier otra “operación de seguridad” que se requiera, además de continuos vuelos de adiestramiento, de vigilancia aérea y de transporte de tropas, por lo tanto exigen que no exista ninguna interferencia, por lo que, el incluir nuevos usos a la base militar resulta incompatible esta propuesta, de operación alternativa con el AICM.
La administración del espacio aéreo en una zona natural de “cuenca cerrada” como la del Valle de México, resulta cada vez más conflictiva por las sierras que la rodean y el aumento de vuelos que llegan y salen de la Ciudad de México, señala el colegio que agrupa a ingenieros constructores, industriales y en comunicaciones.
Además, el AICM comparte espacio aéreo con los aeropuertos que aunque se encuentran fuera de la cuenca de México, como los de Toluca, Cuernavaca y Puebla, tienen también que interactuar con las operaciones de Santa Lucía.
Otro argumento en contra de Santa Lucía se refiere a las condiciones del subsuelo. “Sabemos por la experiencia de la construcción de las actuales pistas y de las acciones de mantenimiento que permanentemente se realizan en la base militar de Santa Lucía, que también es una zona de origen lacustre, pues corresponde a terrenos lacustres ganados con el tiempo, de lo que fue el segundo lago natural más grande de la cuenca de México.
Además, si se optara por esta alternativ, se deberán invertir muchos millones más en los terrenos necesarios para la construcción de una nueva base en algún sitio para la base aérea militar, y todo con cargo a los propios ciudadanos, vía impuestos, “por lo que sostenemos que no es viable esta alternativa propuesta”. Para los especialistas, el creciente número de vuelos con escala en el AICM, el principal centro de interconexión internacional del país, es un motivo más de incompatibilidad para la operación simultánea de las terminales por la distancia terrestre entre ambas.
PONEN PEROS A TEXCOCO
Si bien el Colegio de Ingenieros Militares apunta al proyecto en Texcoco como una mejor opción, advierte que ésta no está exenta de riesgos ecológicos, financieros, técnicos, hídricos y sociales, por lo que emitió una serie de recomendaciones que incluyen acelerar las medidas de remediación por los efectos que está y seguirá causando el NAIM.
En materia de financiamientos estima conveniente, recurrir al concesionamiento parcial o total del aeropuerto y su operación. “Independientemente de lo anterior, se requiere y será importante revisar los costos de construcción pendientes y aplicar un programa radical de ahorro y reducción del gasto en todo lo suntuario que tiene el proyecto”.
Asimismo, recomienda “revisar y perfeccionar” las licitaciones para obras complementarias para que sean apegadas a la legalidad y técnicamente adecuadas.
Y, finalmente, señala que aunque el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México “se niega a reconocer” existen motivos para mantener la resistencia social contra el NAIM a causa de la explotación de los cerros de donde se extrae tezontle para sustituir el material fangoso y salino del exvaso del lago de Texcoco.
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