Detrás del rock y la cumbia, detrás de las letras irreverentes y jocosas, detrás de la exitosa carrera de la cantante Amandititita siempre ha estado Amanda Lalena Escalante: una mujer que ha tenido que aprender a sobreponerse desde muy niña a dolorosas pérdidas, circunstancias desafortunadas y ambientes hostiles, todo a fuerza de voluntad, con la ayuda capital de la literatura y una búsqueda constante de espiritualidad.
A punto de cumplir 45 años y después de haber cruzado por difíciles periodos de depresión y desasosiego, así como un profundo proceso de sanación, Amandititita se sincera y confiesa su vida con la publicación de su más reciente audiolibro “El propósito de la oscuridad”, con el que se introduce en el mundo de la no-ficción y el ensayo, a través del relato de su propio devenir, nueve años después de su primer libro de relatos “Trece latas de atún”.
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“Adoro la ficción, todo Amandititíta es ficción, jamás he andado con un metrosexual, por ejemplo, pero también amo las biografías. Creo que esa forma de escritura es muy poderosa. Nunca había hablado de mi vida privada, pero siempre sentí que había un material artístico, porque desde muy pequeña me he hecho muchas preguntas existenciales”, comenta Amanda Lalena.
La autora afirma en entrevista con El Sol de México, que se animó a escribir este libro, en parte porque en la actualidad hay más conciencia para hablar de salud metal.
Un inicio Bíblico
Se trata de un texto en el que muestra una gran transparencia, con un lenguaje sencillo, pero no por ello menos doloroso o crudo, la cantautora remonta sus recuerdos hasta las sensaciones y sentimientos cuando se enteró de la pérdida de su padre, la leyenda del rock nacional Rockdrigo, a los cinco años de edad, o su ingreso a una escuela de monjas en la que creyó acercase a Dios y encontró sólo malos tratos.
Paralelo a ello, los diferentes apartados que componen el audiolibro, que ella misma narra, son también el relato del acto iniciático de la compositora de “La muy muy” al mundo de las letras, primero con la Biblia, luego con un diccionario y después el descubrimiento de clásicos que cambiaron su vida, como el de Demian, del escritor alemán Hermann Hesse, a quien considera “su primer maestro espiritual”.
“La literatura y la escritura son el pilar de mi vida, y no sólo hablo de salud mental. Si hay algo que realmente logré aprender medianamente en mi infancia, por todos los movimientos fuertes que experimenté, como la pérdida de mi padre y las dificultades con mi madre, fue a leer y escribir.
“Eso es lo que hasta el día de hoy me tiene aquí, con eso yo ya logré hacer una carrera. La gente cree que leer no es importante, pero lo cierto es que hacerlo te vuelve un ser humano crítico y también te hace darte cuenta de tus valores y exigir tus derechos”, comenta la cantante.
Salud mental, triángulo
En una tercera capa, este escrito de Amanda también refiere a la búsqueda espiritual que de manera casi intuitiva comenzó en su infancia. Parte del relato de sus días, el libro también se convierte en una especie de pequeño texto introductorio a la metafísica, el catolicismo, el cristianismo, el hinduismo, el budismo, el Hoʻoponopono, entre otros, los cuales ha estudiado con pasión. Sin embargo, a pesar de que reconoce el poder de la religiosidad en la vida de las personas, menciona que, hay casos en los que, si en verdad se quiere sanar, no basta escribir o tener fe, sino recurrir a ayuda profesional, como ella misma lo ha podido experimentar.
“La literatura para mí ha sido fundamental, pero la salud mental es un triángulo: espiritualidad, terapia y, en algunos, casos psiquiatría. Cosa que es muy importante saber, porque hay desniveles químicos, que yo, como una persona muy espiritual me costó entender, cuando te hacen un escáner y ves tu cerebro de pronto sabes que no (sólo es lo espiritual). La psiquiatría no tiene que ser todo el tiempo, yo he ido y venido por ahí”, puntualiza
Se acerca a la creatividad de su padre
Cerca de cumplirse el próximo año cuatro décadas de la partida de su padre, -quien, así como ella no sólo compuso canciones poéticas, sino también que representan y critican a la sociedad mexicana, también escribió un libro de cuentos- Amanda reconoce tener afinidad, tal vez genética o hereditaria, con él y con su mismo abuelo, pues, al igual que ella, ambos eran lectores.
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“La verdad es que yo siempre me quise desvincular de él y empezar a hacer canciones con ritmos totalmente diferentes, pero en los últimos tiempos siento que me hecho más parecida a él. Es algo que me da risa, porque sí siento que hay ese poder de la genética y entre más grade me voy haciendo, más comprendo lo evolucionado que él estaba… Era un chingón”, finaliza.
“El propósito de la oscuridad”, se puede escuchar en la plataforma Everand. Este no será el único libro personal que escriba, pues ya prepara otro, ese sí impreso, en el que hablará de otro ángulo desconocido de su vida.