Según la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA), el bienestar animal es el estado físico y mental de los animales en relación con las condiciones en las que viven y mueren. El interpretar dichas condiciones no es tarea fácil, ya que, de acuerdo con el principio de las cinco libertades de los animales (1965), existen varias dimensiones que tienen que ser cubiertas para asegurar que estos mantengan un correcto estado.
Las cinco libertades de los animales indican que todos los animales deben de encontrarse libres de hambre, sed y desnutrición, miedo, incomodidades y dolor, así como ser capaces de manifestar su comportamiento natural; y, de manera más reciente se ha incluido la evaluación de su estado mental.
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Al respecto, se ha considerado por algunas personas que la producción de leche se hace de manera inhumana y cruel debido al destete precoz de becerros, la sobreexplotación de las vacas durante la ordeña, la inseminación constante y al posible estrés físico al que son sometidas durante este proceso. Pero ¿esto es tan malo como parece? La realidad es que no.
Muchas ordeñas cuentan con estándares de producción altos ya que esto deriva en el aseguramiento de la calidad del producto lácteo. Además, y en parte por las exigencias del mercado, en México existen normativas que regulan su producción, así como certificaciones en Buenas Prácticas Pecuarias que coadyuvan a lo anterior, asegurando el bienestar a lo largo de toda la cadena productiva.
Por ejemplo, se sabe que las vacas obedecen a estímulos hormonales y ambientales; es decir, no buscan pareja o una relación romántica estable, más bien su ciclo hormonal se encarga de preparar el tracto reproductivo para la inseminación o monta cada determinado tiempo y así poder llevar a cabo la gestación; o sea, se trata de un proceso fisiológico.
Además, diversos estudios han demostrado que las vacas gestantes tienen comidas favoritas, prefieren mantenerse en grupos, disfrutan de ser cepilladas, e incluso ellas pueden hacer uso de cepillos instalados en los corrales para esa función. En este mismo contexto, se ha evidenciado que la producción de leche puede ser mayor si hay música de su agrado en la ordeña, lo cual abona a su bienestar.
A partir de estos y otros hallazgos validados científicamente, las ordeñas se han adaptado y actualizado basándose en la evidencia presentada, por lo que desde hace varios años se emplean protocolos de manejo en granja amigables con los animales, lo que a su vez ha mejorado los indicadores productivos del sistema contribuyendo a mantener la relación ganar-ganar entre los animales y la producción, generando productos de calidad para nuestro consumo.
*Maestría en Desarrollo Agropecuario y Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria, UV.
Publicado originalmente en Diario de Xalapa