Orizaba, Ver.- La marcha “Vuelve a mí”, que realizaron por las calles de la ciudad integrantes del Colectivo Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, no es para molestar, sino para visibilizar; busca “que nuestros hijos no sean olvidados, porque ellos no sólo son un número, tienen nombre y apellido”, afirmó Araceli Salcedo representante de esa agrupación.
El colectivo, resaltó, “es una familia que los ama y, así alzamos la voy hoy por aquellas madres a las que no les dio tiempo de encontrar a sus hijos, porque la muerte las sorprendió”, recalcó.
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A la sociedad pidieron que se una, que sea empática y levante la voz por los desaparecidos”, agregó en entrevista.
¿Cuántas personas han desaparecido en la ultima década?
Indicó que de acuerdo a estadísticas la cifra de desaparecidos en la última década es de cien mil, pero también hay una cifra negra, la de aquellas personas a las que no busca su familia y, de quienes por lo tanto no existe una ficha de desaparición.
Destacó que existen más de 50 mil cuerpos en la Semefo, a la espera de ser identificados para tener una entrega digna con su familia. Es una cifra exorbitante, eso nada más pasaría en un país con guerra.
“Hoy es un día de lucha y de protesta en el que salimos a las calles a exigir la localización con vida de hijos e hijas. Cala y duele en el corazón y hasta en los huesos, pero ni eso nos detiene para seguir adelante”, abundó.
Salcedo Jiménez pide la comprensión de la población. Reconoce que siempre en una marcha pacífica se afecta a terceros. “Pedimos a la gente que nos comprenda un poquito”, dijo.
El 10 de Mayo se convirtió en una fecha triste
Destaca que, para las manifestantes, este día, que debería ser alegre y de festejo se ha convertido en una fecha triste. “Hoy, las madres de los desaparecidos venimos a gritar otra vez que nos hacen falta, que los esperamos todos los días, que la ausencia duele como el primer día y que queremos que vuelvan a nosotras”.
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Durante la marcha que comenzó en los Arcos que dividen a Orizaba y Río Blanco, aunque amenazaba con llover, hicieron pase de lista y nombraron a todos los que hacen falta. Con polvo de color amarillo, que representa para ellas la luz del Sol, les recuerdan.
El amarillo, dice, es un color que irradia energía y vida, “es lo que necesitamos para continuar la lucha diaria. Queremos ser visibles, que la gente sepa que hay personas desaparecidas, que entiendan que a cualquiera le puede pasar y que sólo unidos podemos hacer frente a esta problemática social”.
Así, caminando entre lágrimas, decenas de madres a quienes se les ha acabado el ánimo por celebrar este día, exigen la búsqueda y aparición de sus hijos. Son mujeres que dejaron el gusto por un regalo y piden que vuelvan sus hijos. “No hay más alegría por la llegada de esta fecha, que se convirtió en un doloroso recordatorio de que faltan nuestros hijos”.
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Subraya que el amor de madre les ha permitido sacar las fuerzas que no creían tener para abrir la tierra, agarrar un pico una pala o varilla y cavar, revisar las piedras, detenerse un momento y continuar. “Hay quienes piensan que con el paso del tiempo el dolor desaparece, pero, por lo contrario, crece, no se borra”.
El regalo más maravilloso sería tenerlos de regreso. Y aunque la posibilidad parece lejana creen que puede pasar. Cuando ya no quedan fuerzas la fe las sostiene y vuelven a buscar, a salir y pedir justicia.
Cada año lo gritan y dicen no se cansarán de hacerlo. “¿Dónde están los desaparecidos? Ellos nos hacen falta a todos, buscamos certeza y verdad, exigimos justicia y paz. Nadie tiene el derecho de desaparecer a nadie. Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida, hasta encontrarlos”.