Orizaba, Ver.- De alegría, nostalgia y colorido se vistió el cementerio municipal “Juan de la Luz Enríquez” cuando cientos de orizabeños acudieron a visitar las tumbas de sus fieles difuntos.
Muy temprano empezó la afluencia de familias que cargaban ramos de flores amarillas de cempaxúchitl para depositarlas en los sepulcros, que desde ayer limpiaron para vestirlas de aromas y música.
En bolsas llevaban comida de la ofrenda, para tener momentos de convivencia con sus difuntos.
Los más llevaban coronas y arreglos florales para adornar las tumbas, una tradición que heredaron los antepasados a las nuevas generaciones para recordar el Día de Muertos.
Matrimonios con hijos y nietos platican alrededor del sepulcro de sus seres queridos, recordando lo buen hombre y mujer que fueron en vida. Personas trabajadoras que les heredaron valores.
Te puede interesar: Panteón de Nogales reporta alza en servicio de limpia de tumbas; familias comienzan a llegar
Aglomeraciones en las calles y pasillos en el camposanto de hombres, mujeres, niñas y niños que recuerdan con amor y cariño a los que fieles difuntos que regresan cada año para cumplir con la tradición ancestral envuelto en un ambiente de aromas, música y alegría.
Este 2 de noviembre, en el cementerio se entrelazan la nostalgia, alegrías, emociones y recuerdos de aquellos seres queridos que ya partieron.
Otros, rezan al pie de la tumba, como si el tiempo se detuviera para tener una comunicación con el padre, la madre, el hermano, el hijo o la abuela que ahí descansan.
Un trío se acerca a los visitantes para ofrecer sus servicios: “¿Cuál canción le gustaba al jefe a la jefa?”, nostálgicos le contestan: “Cántele amor eterno, esa le gustaba”.
Una lágrima resbala por el rostro de uno de los integrantes de la familia. Otra empieza a sollozar para expresar: “Parece que fue ayer cuando íbamos al mercado a comprar lo de la comida, hoy ya descansa en paz, así es la vida”.