Orizaba, Ver.- Con 72 años de edad, María Olga Pérez González ha aprendido a desarrollar habilidades que le ayudan a tener un ingreso propio al no poder salir debido al confinamiento por la pandemia.
Antes de que llegara este periodo de pandemia, Olga trabajaba como empacadora en un centro comercial pues como ella dice le gusta ganarse sus pesitos para comprar sus cosas.
"Nunca me ha gustado ser una carga y como puedo busco sacar un ´dinerito´ para ayudarme con mis cosas personales, mis hijos me echan la mano pero yo siempre he trabajado y me gusta estar activa", comenta Olguita como le dicen de cariño.
Doña Olga llegó al Club del Abuelo que imparte el DIF municipal gracias a la invitación a jugar cachibol una actividad que dice le gusta mucho, una mujer muy activa que a sus más de siete décadas no se da por vencida saliendo a delante cada día, ahora con 12 años perteneciendo ya al Club, ella ha tomado diversas clases.
Clases de pintura, tejido, computación, baile, gimnasia cerebral y bordado con listón sin parte de las actividades que desarrolla actualmente vía Internet por las restricciones en la pandemia, parte de estos talleres le han permitido vender algunas de sus obras como cojines, servilletas y diferentes cosas que a veces hace hasta por pedido.
"En esta situación de emergencia estamos encerrados como sector vulnerable y a veces me deprimo y no quiero entrar a las clases en la computadora pero mis compañeros me animan y ahí seguimos", explicó la abuelita mientras nos mostraba algunas de sus obras hechas por sus propias manos.
Es así como pese al confinamiento los miembros del Club del Abuelo aprenden, se divierten y ayudan con la economía familiar gracias a los talleres que han aprendido en esta pandemia.