AA: diciembre trae un reto que no todos logran superar

Como parte del apoyo de los grupos de AA, en algunos casos realizan reuniones el 24 y 31 de diciembre

Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

  · lunes 4 de diciembre de 2023

AA no está afiliada a ninguna organización, rechaza toda contribución pública y ofrece apoyo voluntario | Cortesía | Ilustrativa / Foto: Bernandino Hernández | Cuartoscuro.com

Orizaba, Ver.- Las fiestas navideñas son una prueba de fuego para los Alcohólicos Anónimos. Un 3 por ciento de los miembros de AA, sobre todo los que llevan poco tiempo en los grupos, recae y vuelve a beber, en diciembre.

Juan X, guía del grupo Fortaleza, agrega, “cualquier persona alcohólica que lleva alguna clase de tratamiento para dejar de beber corre el riesgo de recaer en esta época del año, pero en nuestro caso, los integrantes que llevan poco tiempo con nosotros corren más riesgo”.

Para evitar casos de recaída, realizan reuniones de convivencia el 24 y 31 de diciembre. Tratan de que no haya recaídas, aunque nunca falta la invitación al brindis o a tomar una copa con los amigos o los compañeros de trabajo, y para que eso no suceda se congregan para conversar y hacer algo ameno, sano y sin alcohol.

Recordó que AA no está afiliada a ninguna organización, rechaza toda contribución pública y ofrece el apoyo voluntario de un alcohólico a otro, para dejar de beber.

Hizo un llamado a los jóvenes que tengan problemas con el alcohol, para que busquen apoyo en estos grupos. "Queremos que las puertas de Alcohólicos Anónimos, cada vez estén más abiertas a cualquier persona, sobre todo para la juventud, pues no está exenta de tener problemas con el alcohol; al contrario, es de los sectores más afectados", añadió.

Juan, a sus sesenta años sigue en recuperación, porque confiesa: “siempre tienes que estar alerta”, no se puede bajar la guardia ante el alcoholismo.

Dijo que los 365 días del año acuden 10 y 15 compañeros. En enero se suman dos o tres asistentes más. Algunos van por primera vez, otros, por una recaída.

Confesó que sus primeras navidades de abstinencia las pasó "tenso, ansioso, con nervios" y con constantes impulsos para beber. Ahora su vida ha dado un giro de 180 grados, es otra persona. “Tengo mucha tranquilidad y serenidad, estos días estoy limpio", dijo con orgullo.